El miedo es un sentimiento muy poderoso. Puede frenarnos, hacer que retrocedamos, cambiar el rumbo de nuestro futuro… Pero, también, es una emoción que puede alternarnos de forma física, cambiar nuestro estado natural y hacer que nos sintamos mal, incómodos y presionados.
Por eso, es muy importante controlar el miedo. Es una emoción que aparece de forma natural en todo el mundo pero que tenemos que saber controlarla, ser nosotros su dueño y no que sea a la inversa. De lo contrario, el miedo puede afectar gravemente a nuestro devenir y hacer que tomemos decisiones que, en el fondo, no son nuestras: son fruto del miedo.
A continuación voy a descubrirte los efectos físicos del miedo en el cuerpo para que seas consciente lo mucho que nos puede llegar a afectar esta sensación relacionada con nuestra autoestima y seguridad.
Aumento de la sudoración
Algo muy común es que, cuanto estamos sintiendo miedo, empecemos a sudar de forma más abundante. Esta situación también puede aumentar nuestra incomodidad y hacer que estemos todavía más inseguros. Por tanto, entramos en un círculo vicioso del que es difícil salir. Tener miedo es natural pero, ante esta situación, te recomiendo que respires, te relajes y recuperes el control de tu vida.
Aparición de taquicardias
Dependiendo del grado de miedo que estés experimentando, nuestro ritmo cardíaco puede aumentar de forma considerable. Es muy común que, cuando estamos asustados/as sintamos cómo el corazón bombea más rápido debido a la alteración de nuestros nervios.
Aparición de temblores
Otro efecto muy común del miedo en el cuerpo es que aparezcan temblores. Esto suele ocurrir porque nuestro biorritmo está alterado, nuestro corazón palpita más rápido y tenemos los nervios a flor de piel. También ocurre que respiramos más rápido debido a las taquicardias y, por tanto, entra más oxígeno en el cuerpo, algo que nos recarga de energía y nos puede hacer sentir esos temblores tan característicos de las situaciones de estrés.
Como ves, sentir miedo puede llegar a alterar de forma muy notoria nuestro cuerpo y bienestar, por tanto, resulta esencial luchar contra el miedo para evitar que se haga dueño de nuestra persona.
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