El Dulce Sabor de los Grandes Batacazos

Cuando experimentas una crisis vital y la superas, ya nunca ves el mundo de la misma forma.

Ni el mundo, ni a ti mismo, ni aquellos que te rodean.

Todo cambia. Todo tiene un color diferente, más brillante, más claro, más fresco. Si pudiese compararlo a algo, sería como

…la atmósfera tan especial que se respira cuando saltas en paracaídas desde 4000 metros a primera hora de la mañana, con el sol recién puesto.

Cuando experimentas una crisis vital te transformas. Es inevitable.

Seguro que tú, que me estás leyendo, has pasado por más de una, ¿verdad? Crisis, caída, derrota, fracaso, tragedia, adversidad…

La diferencia fundamental entre unos y otros es la forma en la que  gestionamos esta cara menos amable de nuestras vidas. 

Yo acabo de salir de una (otra)  y la tengo muy reciente así que en los próximos posts y vídeos voy a ir  compartiendo contigo todo lo que estoy aprendiendo.

Aquí van algunas conclusiones:

1. A veces no podemos elegir lo que nos pasa, pero SI podemos elegir transformar esa experiencia en algo que positivo que perdure, en algo significativo.

En mi caso, yo elegí quedarme embarazada pero no elegí experimentar el maremoto emocional, físico y mental que venían en el mismo pack indivisible. Por mucho que intentase sentirme mejor, la revolución hormonal que se estaba produciendo dentro de mi,  siempre ganaba la partida y hacía que todo mi mundo se desmoronase a golpe de miedo, incertidumbre, dudas, impotencia y…tristeza. Es duro reconocer que una mujer embarazada puede sentirse triste.

Tampoco elegí una enfermedad que sufrí durante 7 años como, de la misma forma, tampoco podemos elegir el lugar en el que nacemos, ni la educación que recibimos, ni muchas tragedias que nos suceden, ni muchos otros aspectos que tienen una gran influencia en nuestra vida, para bien o para mal.

La clave está en que seas consciente de que, elegidas o no, todas esas adversidades a las que has hecho frente, tienen la capacidad de transformarte en la persona que eres y serás y te convierten en un héroe. 

Todos los héroes se enfrentan a numerosas derrotas pero siguen adelante, creciendo más y más con cada una. Así me siento yo ahora mismo 🙂

2. Hablando de packs indivisibles. La VIDA viene con muchos de estos también. Uno de ellos es el dolor.

Pensar que se puede vivir la vida en un permanente estado de positivismo y felicidad es una gran falacia. Quizá incluso alguna vez hayas pensado que yo vivo mi vida en ese estado de optimismo vacío e irreal pero no es así. Más bien, la experiencia me ha enseñado que la VIDA implica dolor y sufrimiento de forma intrínseca. 

Pero durante muchos años pasé de puntillas por ese dolor y me negaba a sentirlo, pensando que así, mi vida sería más fácil. Con el tiempo he aprendido que al dolor hay que abrirle la puerta y, cuando pase, tenemos que sentirlo y aceptar todo lo que viene a contarnos.

3. Dentro de ese dolor y sufrimiento, siempre puedes encontrar algo por lo que sentirte agradecido.

Durante aquellos 7 años de mi vida en los que sufrí esa enfermedad tan destructiva y durante esta crisis que viví hace tan solo  unas semanas, a través de todas las lágrimas, desesperación y angustia, siempre me esforzaba por conectar con una verdad incontestable: la certeza de que esa situación adversa me iba a enseñar algo muy importante, algo que no se puede aprender ni en un millón de cursos, sesiones de coaching o libros de autoayuda → nada es más valioso que la experiencia (tu experiencia).

4. En los momentos difíciles, hay que salir a dar una vuelta al bosque…para coger perspectiva y dejar que la serendipia se ponga a trabajar.

Porque cuando te planteas cada derrota o adversidad como una oportunidad para crecer y aprender y, sobre todo, confías, empiezan a pasarte cosas increíbles. Pero, como dice Ellsberg,  no porque un rayo cósmico del universo lo vaya a producir sino porque, simplemente, tu actitud cambia; cuando eliminas la crispación, la amargura, la tensión, la ansiedad y la angustia, empiezas a ser más consciente de las posibilidades que se presentan ante ti, más receptivo ante las oportunidades.

A mi me acaba de pasar una cosa increíble que le ha dado todo el sentido a esta última crisis y la ha convertido en perfecta → algo que yo no he sido capaz de ver durante el último año y medio, de repente, ha aparecido ante mi como un flash de lucidez; un descubrimiento que me está llevando a tomar decisiones importantísimas con respecto a mi vida y mi profesión. Tan importantes que, ahora, desde la perspectiva, siento que vivir esta crisis era totalmente necesario.

Y dime…¿qué pasaría en tu vida si cambiases la forma en la que gestionas las derrotas o adversidades? ¿qué posibilidades se abrirían?

Recuerda que..

Preocuparse es como rezar para que te pase lo que no quieres que te pase. Anónimo

Y llegadas aquí, si te ha gustado el post, ya sabes que me hace mucha ilusión que lo compartas 🙂

¡Un abrazo!