Así me siento al escribir este post.
Y aviso => si no te molan los post personales, los post en los que te cuento mis experiencias y los aprendizajes que extraigo de las mismas, puedes cerrar esta página ahora mismo que no me voy a enfadar.
¿Sigues leyendo? Bien, let’s go 🙂
Pues te cuento que estoy viviendo uno de esos momentos que, los que nos dedicamos a esto del desarrollo personal, llamamos (poner voz muy seria): «puuuunto de inflexióoooooon»».
Si. Uno de esos momentos en los que eres perfectamente consciente de que estás cambiando, y eso, a su vez, te hace ser consciente de que…hay cosas viejas (formas de pensar y actuar) que ya no te sirven.
Maslow decía que «you will either step forward into growth or you will step back into safety«, que más o menos quiere decir que, en la vida, o avanzas hacia el crecimiento o retrocedes hacia la seguridad.
Y a este señor creo que hay que hacerle caso porque algo sabía del tema.
Y ahora llega la primera confesión:
Aunque parezca mentira, desde que comencé con este proyecto de vida en 2013, he estado en «safety mode»…tomando decisiones arriesgadas, pero en las que el riesgo estaba totalmente controlado y el resultado era previsible.
Y creo que esto es totalmente comprensible porque, durante este tiempo, mi rol protector de mamá de una niña pequeña (Randa) y un bebé (Sirah) ha prevalecido por encima de los demás; pero, a medida que mi bebé se ha ido convirtiendo en una niña pequeña, a medida que fuimos dejando la teta, a medida que comenzaba a dar pasos de forma autónoma y se convertía en una ciudadana del mundo, a medida que aprendía a comer, a comunicarse y a expresarse…he visto como, para mi, también llegaba el momento de levantar la vista, y ver qué había a la altura de mis ojos.
Y cuando he levantado la vista, me he dado cuenta de que ha llegado el momento de ver hasta donde puedo llegar de verdad (ahora poner música de Ryuichi Sakamoto de fondo)
Como dicen por ahí, «go big, or go home», que más o menos quiere decir que apuestes fuerte, o que mejor te vayas a casa.
Y aquí va otra confesión:
Estoy experimentando uno de los mayores bloqueos creativos que he vivido desde que decidí abrir las puertas de este circo.
Y como no quiero crear para rellenar hueco, he preferido bajar el ritmo. De hecho, varias personas ya me han comentado que me notan ausente últimamente. Quizá tú también lo hayas notado.
Y es que, aunque lo estoy dando todo en Circus People, este blog, mi canal de Youtube y mis redes sociales están en «perfil bajo»
Si. He decidido parar, y me estoy dando permiso para estar en stand-by más tiempo del que me hubiese imaginado jamás; lo que viene con una dosis innegable de miedo atroz, porque sé que mi blog está perdiendo visibilidad…o porque cuando leas este post, quizá te des de baja de mi boletín.
Todo esto me da mucho miedo.
Porque además, tengo que contarte que, mientras he parado esta parte de mi vida que funcionaba tan bien, por el otro lado estoy intentando ser coherente con lo que siento, así que estoy intentando avanzar, descifrar llamadas del más allá e intuiciones; intentando recolocar todo lo que estoy descubriendo; intentando reajustar mi camino y hacer las cosas de forma diferente. Y esto implica:
- Arriesgarme (de verdad)
- Tomar decisiones poco convencionales y aparentemente ilógicas, y
- La posibilidad de equivocarme.
¿Y sabes qué está pasando?
Que estoy recibiendo bofetadas por todas partes.
Todas las semanas me tropiezo. Todas las semanas sufro decepciones. Todas las semanas me sale algo mal. Todas las semanas dudo de que esté haciendo lo correcto.
Todas las semanas me tengo que levantar, sacudirme el polvo, y ver qué puedo aprender. A veces lo veo enseguida, pero a veces me quedo ahí, tiritando porque ni siquiera he visto llegar el guantazo.
Como ayer mismo. Y cómo duele.
¿Pero sabes qué?
Que te hablo de miedo pero al mismo tiempo también te hablo de confianza.
Como siempre.
Porque me siento totalmente confiada en que tengo que seguir por este camino…aunque a veces sea hostil, aunque casi nadie me entienda.
Y esa misma confianza me permite percibir algunas señales que me llegan, y que me ayudan a encontrar respuestas.
Por ejemplo, el otro día hice dos cosas que no había hecho en mi vida. Y que resultaron estar muy conectadas 🙂
La primera fue ir a una personal shopper, pero esto te lo cuento otro día.
La segunda fue que me leyesen las cartas del tarot, no para predecir mi futuro si no para generar perspectiva sobre mi presente. La lectura me la hizo Mari Luz, una de esas personas que llegan a tu vida en forma de cliente, y que luego casi te enseñan ellos más a ti.
Y en esa lectura, intensa y certera,
-con unas cartas de tarot súper chulas y genuinas- lo que me salió claro y alto fue el siguiente mensaje:
Haz lo que amas. Haz lo que amas. Haz lo que amas.
Haz lo que te salga del corazón.
Y…¡TACHÁN! Resulta que ahí, en lo que me sale del corazón ahora mismo, lo que hay son un millón de ideas, frescas, brillantes, a estrenar.
¿Y esto qué quiere decir? ==>>> Que el bloqueo creativo surge cuando intento hacer las cosas de antes…¡¡cuando intento hacer lo de siempre!!
¿Sabes esa sensación de que ya no perteneces a determinados espacios, contextos…?
Pues en eso estoy yo, alejándome de lo que se espera de mi, dirigiéndome hacia lo que amo en este momento de mi vida…donde habrá un mundo por descubrir, un montón de habilidades nuevas que todavía no sé ni que tengo, otros retos que todavía no puedo ni imaginar, y mucho, mucho crecimiento.
Porque he vuelto a conectar con la idea de que, si haces realmente lo que amas, habrá personas que no lo entiendan y se vayan. Habrá otras que lleguen y se queden.
Y luego habrá otras que nunca se irían.
Y sé que, aunque duela mucho, ahora me toca soltar, dar las gracias, seguir dándolo todo…y seguir confiando.
Siento que ahora mismo estoy al timón de un barco…y que tengo que cambiar de rumbo, en contra de muchas fuerzas y mareas. Es como si tuviese la certeza de que, para llegar a mi destino, tengo que ir por otro camino, más audaz, menos transitado…
Es curioso porque estoy segura de que, en otro momento de mi vida, probablemente estaría pensando: ya estás dando tumbos otra vez, chavalita. Pero nunca más.
Porque quizá lo más valioso que he aprendido de todo este proceso es que, verdaderamente, lo único constante es el cambio.
Y que todos los grandes cambios son precedidos por el caos.
Muchísimas gracias por haber llegado hasta aquí.
Un saludo desde el caos 🙂
Ana Fernández Díaz says
Cómo te entiendo….
helena says
Go, Hana, go.
Jose says
Ou yeah!!!
Es genial ver este post publicado en el blog. Me alegro de que lo hayas hecho.
Primero, porque estoy seguro de que llegará y ayuda a más gente aún.
Segundo, porque así aprovecho para decir que todos los que no se suscriben a tu newsletter se están perdiendo cosas así.
Sí, ya sé que es muy publicitario, pero es que me sale del corazón. Me has hecho fan. Y desde leer esto más.
Así, que, fuerza, energía y mucho amor.
Phoenix Rules!!!
Un besazo
Jose
Nohemí Hervada says
Cuando tu suelo de siempre se derrumba… toca construir otro.
Un fuerte abrazo, seguro que saldrá algo mejor… siempre es algo mejor, porque ES.
antonio luna says
yo estoy en la parte del caos, me identifico mucho con tus palabras, para lo que necesites aquí estamos, un saludo.
Amparo says
Precioso texto.
Ánimo en tu nuevo camino, ya has dado el paso de publicar el cambio en este espacio público (el blog) así que poco más puede pasar 😉
Raquel says
Pues con esto me acabo de hacer fan. Disfruta de tu caos, temporal.
Álvaro says
Gracias por compartir de una forma tan auténtica. Un abrazo.
Esther Martín says
No he podido parar de leer porque me siento totalmente identificada contigo, a veces parecían mis pensamientos y sentimientos… En definitiva, me ha encantado que hayas compartido este artículo con nosotros.
Un saludo y adelante con lo que amas, que en eso estamos muchos (supongo ;-))
Chals says
Muy buen texto, me he visto reflejado en gran parte del texto, y la verdad que leer a alguien que está atravesando un camino similar al menos da moral. Coincido plenamente. Los cambios de rumbo propinan bofetadas, también muchas desilusiones, a veces de quien creías tu amigo. O arriesgas o a casa. Saludos y abrazos
May says
Hola Hanna
Es la primera vez que te escribo, soy de México, y creo que es general, me identifique contigo, muchos cambios están pasando también en mi vida, tengo miedo, pero hay veces que ya no puedes negar que necesitas cambiar, con todo contra el miedo!!! : )
Oscar says
Amiga, si tu has estado todo este tiempo desde que empezaste en «safety mode», no te digo dónde habremos estado la mayoría de la gente… Eres una fuente de inspiración y un ejemplo a seguir.. y lo sabes! Creo que eres una 7 del eneagrama y por ahí puede venir tu dispersión y algunos de tus «conflictos». Dedícate a conocerte a ti misma y a sanar esos conflictos y luego enseña a sanar a otros como tú. Suerte!
Andrea Bergareche says
Pues si creo que en algo no te has equivocado hoy, es escribiendo este post, porque como bien dices, cuando haces algo que sale del corazón, habrá quien se irá, quien se quedará y quien se quedará para siempre.
En mi caso, son estos posts los que marcan la diferencia entre quedarme para siempre o pasar de vez en cuando o incluso nunca volver. Porque no olvidemos que tras ese barco, hay siempre un capitán dirigiendo el timón. Un capitán que sufre, ama, teme y todo lo demás. Yo no quiero ver una persona fuerte, que nunca se cae, un súper héroe. Lo siento pero no me creo esas historias. Sí, yo soy una persona fuerte, pero como todas, dudo, sufro, temo y me caigo una y otra vez, pero es este proceso el que me hace crecer. Ocultarlo, negarlo… Sería ocultar parte del proceso, el proceso que lleva al cambio.
Eres malabarista del cambio y domadora del miedo no? Pues todo eso no se puede hacer en safety mode, ahora es tu momento. A hacer malabares y domar todo eso que tienes dentro. Estoy segura de que podrás hacerlo y que saldrás mejor, más fuerte y con más que enseñar a los demás.
Y no te preocupes por la visibilidad, sabes que eso igual que se va volverá.
Un abrazo grande y sincero! Y gracias por el post 😉
P.D. Me has dejado intrigada con tu primera experiencia con tu personal shopper, ya nos contarás cómo te ha ido!
María says
Cambio, cambio, caos… Que difícil y que necesario. Y como una parte se rebela contra ello, y más cuando te llevas guantazos, cuando no sabes si lo que estás haciendo te lleva a un lugar mejor o es algo que nunca debieras haber intentado, porque te daba miedo y no era un miedo injustificado, sino un miedo lógico… Que se yo. Yo estoy en la nada, en el vacío fértil que hablaba Fritz Perls, pero que todavía no le he encontrado del todo la fertilidad… O hay días que sí y otros que no… U horas… Y que ya no tengo certezas de nada, pero eso me ha llevado a juzgar mucho menos, ni a mí misma ni sobre todo a los demás… Somos muchos los que estamos en este momento, o parecidos… Un beso a todos los perdidos, los que no pueden retroceder porque ya no hay camino detrás suyo, y a cada lado hay un abismo, y delante una niebla… Pero que seguro se van a atrever a atravesarla, porque no queda otra.