La resiliencia es un concepto que, actualmente, está muy de moda. El motivo es que se trata de la capacidad que tenemos las personas de poder ser flexibles en todo tipo de situaciones y superarlas. Por tanto, la resiliencia es esa aptitud que nos permite afrontar problemas, superarlos e, incluso, salir más fuertes de ellas consiguiendo haber aprendido una lección de nosotros mismos y de la vida.
Por este motivo, es importante que se le enseñe la resiliencia a un niño pues, aunque es una cualidad que tenemos de forma innata, lo cierto es que hay personas que la saben explotar más y otras que menos. El problema que ocurre cuando una persona no sabe ejercer bien la resiliencia es que, ante cualquier obstáculo que se encuentre en la vida, ante cualquier problema puede verse muy afectado, puede ver cómo su vida cambia e, incluso, como él mismo cambia. Y esto es algo que no podemos permitir.
En la vida ocurren cosas buenas y cosas malas y, nosotros, debemos estar preparados para ambas sin que, por ello, cambie nuestra actitud ni nuestra forma de vivir. Todos estos conceptos son interesantes que los aprendan los niños desde pequeños pues, de esta forma, evitará la sensación de que “la vida es dura” y, en su defecto, sabrá que hay situaciones difíciles que deberán superar y que, todas ellas, forman parte del camino.
Para que tu hijo pueda ser una persona resiliente es importante que:
- Cultives su autoestima: debe aprender a quererse, con sus virtudes y sus defectos, con sus cosas buenas y malas. El amor por uno mismo es básico para que, después, en una situación compleja tenga energía e interés en volver a estar bien
- Tenga una actitud positiva: el pensamiento positivo también será esencial para que un niño pueda aprender a ver la vida de forma optimista, sabiendo que cualquier situación, por dura que sea, puede superarse y aprender de ella.
- Cuente contigo: el amor y el apoyo de la familia es básico para que un niño crezca seguro de sí mismo y con la valentía suficiente como para poder afrontar los problemas que le ocurran. Es básico que pueda comunicarse contigo para explicarte sus temores y que, así, tú puedas irle dando las técnicas necesarias para crecer como persona.
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