Uno de los peligros que más pueden asolar a un niño o un joven estudiante es que pierda la motivación por los estudios debido a la frustración. Muchas veces, las malas notas, la falta de concentración o de atención puede hacer que el niño empiece a abandonar los estudios y a entablar un camino hacia un futuro laboral incierto.
Motivar a los niños para que sigan estudiando es esencial para darles el derecho a decidir. No podemos permitir que la frustración o cualquier problema que pueda haber en el aula marque su futuro de tal forma que empiece a tener una concepción errónea de sí mismo: que no vale para estudiar, que no tiene la capacidad intelectual para el aprendizaje, etcétera.
Es importante que los niños adquieran una base educativa esencial para que, así, llegados a su adultez puedan decidir cuál será su futuro laboral, hacia dónde quieren encaminar su vida y si quieren estudiar una carrera o ponerse a trabajar. Que puedan escoger su vida es importante para que se sientan dueños de su futuro y, además, sientan que pueden conseguir todo aquello que se propongan.
Consejos para motivar a un estudiante frustrado
Esta motivación puede venir tanto del aula como de casa aunque, es cierto, que son los profesores los que más se relacionan a nivel educativo con los pequeños y, por tanto, los que mejor pueden crear las bases para evitar que alguien pueda frustrarse o sentir que se queda atrás.
En este sentido, voy a darte una serie de consejos que son perfectos para empezar a introducir en la vida estudiantil del niño y que están pensados para motivarlos, hacer que confíen en ellos mismos y que sientan que el estudio puede ser también divertido:
- Haz que las clases sean interesantes: es una estrategia perfecta para que los alumnos presten atención al profesor. Con ello no solo me refiero a que las clases sean dinámicas sino que, además, lleves temas de interés actual y relacionado con su edad; así, podrán participar, sabrán de lo que hablas y te pondrás a su nivel de intereses.
- Hazles reflexionar: otro truco para motivar a un estudiante frustrado es que les hagas pensar, les fomentes la reflexión y provoques que se hagan preguntas y quieran saber la respuesta. Así, proponer adivinanzas, enigmas o incógnitas puede ser una buena tarea para que el alumno se implique y piense acerca de su resolución.
- La importancia de la participación: en lugar de optar por clases convencionales en las que el profesor habla y el alumno escucha, lo mejor es preparar clases que sean más dinámicas en las que todos puedan participar y sean escuchados con atención. De esta forma, consigues fortalecer su autoestima y enseñarles aspectos básicos como el respeto y la tolerancia.
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