Yo se que el primer impulso es arreglar aquello que no funciona en tu vida. O arreglar aquello que no funciona en la vida de tu amigo o tu hermana. Correr rápidamente a solventar el dolor, que molesta.
Pero a veces no necesitamos reparar o salir corriendo de esa sensación. A veces, solo necesitamos estar. Para ti y para esa persona que te necesita.
En este video te cuento una experiencia de dolor no arreglado que viví hace unas semanas. Si, fue un dolor inesperado con el que me encontré, y la sorpresa fue que al no intentar arreglarlo, algo especial sucedió.
Y el video de hoy es un experimento con un nuevo formato, con un tono más serio, sin casi edición, sin guión, sin focos, sin micrófono…solo ideas que son expresadas y grabadas, con ruido de fondo e inestabilidad en la imagen.
Me encantaría que me contases qué te parece este formato, que prometo mejorar 😉
Te espero en los comentarios 🙂
No necesitas arreglar el dolor
(Transcripción del video y más)
Me pasó una cosa en el otro día cuando llegué al co-working, y me encontré con un compañero que traía muy mala cara, y al que llevaba tiempo viendo con mala cara. Estaba desmejorado, no tenía la energía de siempre.
Aquel día me lo crucé, y él estaba a punto de subir las escaleras, y yo estaba a punto de decirle algo pero me callé, y él siguió subiendo, y en el último momento le dije:
– Hola ¿Estás bien?
– No. ¿Cómo lo sabes?
– Llevo varios días notándote diferente, conla energía muy baja, desmejorado…no estás como antes.
Y entonces él me miró, y empezó a contarme lo que le pasaba. Estaba pasando por un muy mal momento, y a medida que me iba contando, me di cuenta de que mi primer impulso no fue decirle que «todo iba a ir bien» o «que tenía que hacer esto, esto o lo otro» para ponerse mejor.
Es decir, que mi primer impulso no fue intentar arreglar la situación, o arreglarle a él, sino simplemente aceptar lo que estaba pasando y mostrarle comprensión y cariño, y decirle que estaba bien, estuviese como estuviese, que no hacía falta correr, que no hacía falta intentar salir como fuese de esa situación tan dolorosa. Que había que dejar que las cosas tomasen su curso y darles su espacio.
Y en eso se basó el apoyo espontáneo que me surgió en aquel momento. Y él se sintió comprendido.
A ambos se nos saltaron las lágrimas. Fue un momento de conexión tan brutal que los dos se nos saltaron las lágrimas.
Y entonces yo me quedé pensando: ¿Cuántas oportunidades de este tipo dejamos escapar a lo largo del día? ¿Cuántas oportunidades de este tipo dejamos que se desvanezcan por miedo?
Oportunidades para conectar de forma tan profunda con otro ser humano, al que quizá no conozcas tanto, pero que ama y sufre exactamente igual que tú.
Y de esta experiencia me quedo con dos reflexiones:
1. Seamos más conscientes de estas oportunidades que tenemos todos los días para conectar, para ayudar al que tenemos al lado. Porque eso siempre vuelve. Te lo aseguro. Siempre vuelve.
2. Y lo segundo es, ¿qué pasaría si dejásemos de intentar arreglarlo todo, todo el rato?, ¿qué pasaría si dejásemos de intentar arreglarnos a nosotros mismos constantemente, de arreglar el dolor?, ¿qué pasaría si nos parásemos un poco en cada momento aceptando lo que hay en cada momento?
Aunque lo que haya sea dolor. Sea incertidumbre. Sea confusión. Sea impotencia. O culpa.
María says
Muy bueno, Hana. Me ha gustado mucho tu vídeo. Muy desde dentro y muy auténtico. Me parece muy buena idea lo de dejar de arreglarlo todo.
Recuerdo una época en mi vida cuando me mudé a Utrecht y era diciembre y los días eran grises y anochecía a las 16:00. Por primera vez en mi vida me sentía deprimida, rara, y quería escapar de esa sensación porque no la conozco bien y no me gustaba sentirla.
Pero los días pasaban y la sensación seguía ahí. Afortunadamente viajaba a España con frecuencia y recuerdo perfectamente el momento de ir a coger el tren para dirigirme al aeropuerto. Estaba en el andén con mi pequeña maleta esperando a que llegara ese tren. Volvía a sentirme de nuevo triste, muy triste… pero enfadada a la vez de sentirme así, sin razón aparente.
Y entonces de repente me dije: ¡se acabó!, ¿es esto lo que quieres?, ¡perfecto! Voy a dejarme llevar por esa tristeza, voy a sentirla en su totalidad en este preciso momento, estoy harta de luchar contra esa emoción.
¿Y qué sucedió entonces? ¿Magia? Sí y no.
Me subí al tren, y mientras me llevaba por los raíles y yo observaba cómo oscurecía la ciudad a través de la ventana, de pronto empecé a sentir una gran paz. Sí, estaba triste, pero también estaba en paz. Había dejado de luchar contra mi estado de ánimo, lo estaba aceptando y eso me hacía conectar conmigo misma.
Fue de las mayores revelaciones que tuve en mi vida. Es verdad que no volvió más esa mini-depresión, pero descubrí algo totalmente nuevo y muy poderoso. Lo que tú misma cuentas: aceptar tu dolor, no tratar de arreglarlo siempre, no estar continuamente luchando contra uno mismo. Me encanta tu nuevo formato. Gracias, de corazón!
Tere says
me gustaría el mensaje, estoy de acuerdo, pero me inquieta el verte conduciendo y moviendo las dos manos sin parar……
Hana says
Que bonita historia y que bien la cuentas querida Maria 🙂 Muchas gracias <3
Lucia says
Muy chulo el video. espontaneo y verdadero! y una verdad muy grande!!
Hana says
Gracias Lucia!! :))
Begoña says
Holaaa Hana!
Es eso mismo. Es que no hay que arreglar nada. Todo está bien como está aunque haya situaciones que nos gusten más que otras.
Muy buena reflexión, a mí me llega en un momento óptimo, jejeje. Y me ha gustado eso de que estamos siempre intentando arreglarnos 😉 (porque un poco es así, pareciera que fuéramos defectuosos cuando es todo lo contrario)
Me encanta ver tus vídeos, me transmites mucha paz, alegría y motivación. ¡Graaaaaacias!
¡Abrazo!
Hana says
Ay, muchas gracias Begoña, me alegro de que el mensaje de este video te llegue 🙂
Pili says
Hola Hana, te conocí por casualidad y me encanta todas las reflexiones que haces, pero cuando veo esto vídeo lo.que más me inquieta es que estas conduciendo y no paro pensar Ay Dios a que se distrae y se choca con alguien. Así que me me encanta escucharte pero porfa no lo hagas conduciendo que sufro mucho JAJAJa. (Me río pero de veras ten cuidado)
Hana says
Tranquila Pili!! La próxima vez no soltaré las manos 😉 Un abrazo y gracias por tu comentario!
Lau says
Hola,
el video fenómeno, pero sinceramente lo de que lo hagas conduciendo………sinceramente no me gusta nada. No pretendo hacer ninguna crítica solamente dar mi opinión sincera
Hana says
Pues tomo nota Lau!! 🙂 Muchas gracias!
Claudia says
Hanna me gusto muchísimo este formato de video viernes, te siento muy cercana y auténtica (se perfectamente que en el automóvil se nos ocurren mil y una idea, reflexión, solución) Ese momento es «muy propio» en el que estamos con nosotras mismas y dialogamos muchas veces como si fuéramos acompañados por un copiloto. Es fabuloso que aproveches este momento para grabar el video porque sigues haciendo «lo mismo de siempre» (tus reflexiones que nos muestran nuevas puertas) con lo que siempre haces después de ir a dejar a tus niñas. Además, nos sigues mostrando que hay posibilidades en todos lados, incluso dentro de la rutina cotidiana. Te adoro Hanna!!! Inspiras mi ❤️Vida. Gratitud!!!!
Hana says
Oooohhh!!! Un millón de gracias Claudia, me ha hecho mucha ilusión leerte :))
Eva says
Hola Hana, me ha parecido muy interesante la reflexión y me han sorprendido las frases del final porque efectivamente me ha producido inquietud el que lo grabes conduciendo, de hecho eso me desconectaba de lo que decías y he tenido que escucharte sin verte:) Espero que te ayude la opinión igual que tú nos ayudas con tu trabajo. Un abrazo
Hana says
Si, claro que me ayuda Eva!!! 🙂 Muchas gracias!
Olga Martinez Renedo says
Lo de conducir y grabar una reflexión a mi no me parece más peligroso que mantener una conversación con otra persona o con uno mismo.
Distinto seria si fuese una demostración de cómo ponerse sombra de ojos, o cómo coser el bajo de los pantalones.
A mi las tonterias al volante me gustan poco y nada. Sigo en este mundo de milagro «gracias» a un tipo que se saltó un semáforo.
Y antes de eso (y yendo siempre en moto), lo de la prudencia al volante para mi ya era sagrado.
A mi me pasa que paso el dia dándole vueltas a las cosas y el diálogo interior es quasi incontrolable. Va por libre.
En una ruta conocida presto atención a los semáforos y demás pero me es bastante inevitable ir a la vez pensando en algo.
Asi que para mi esto seria como pensar en voz alta y…grabarlo.
Cosa que yo no haré nunca; por cierto 🙂
Sobre el tema.
A mi me han dicho siempre que sé escuchar muy bien.
Asi que toda mi vida (46), mucha gente me ha contado sus tribulaciones, problemas…
Y la diferencia entre eso y lo contrario ha sido siempre algo que me ha interesado entender.
De mi entorno tengo más que identificados a aquellos a los que podria contarles mi dolor y simplemente escucharian activamente.
Sin emitir juicios, sin dar consejos, SIN QUITAR IMPORTANCIA a mi dolor….»ya se arreglará…»
Se arreglará. O no. Pero ese no es el tema ahora mismo.
El tema ahora mismo es….que me siento mal, necesito compartir que me siento mal. No si tiene o no solución.
Están identificados a los que no contarles nada de eso; por descontado.
Porque son majos, les quiero…pero «oyen». No «escuchan».
Hay una frase que detesto (a modo de ejemplo) y muchas veces es la respuesta tipica cuando alguien te habla de una separación.
«Un clavo saca a otro clavo».
Esa respuesta y las que la suelen acompañar ..»estarás mejor sin ella», «buscate a otra aunque sólo sea para que vea que te da igual»
Cuando alguien te está contando que ha roto con su pareja y se siente morir…Deberian estar prohibidas en las Constitución.
Se le pasará. Lo sabemos.
Volverá a enamorarse, se le pasará el dolor…Lo que sea.
Pero lo que en ese momento importa no es lo que pasará sino lo que está pasando.
Y pasa..que me duele, que estoy jodido…que necesito que a alguien le importe.
Que le importe no con las orejas sino con el alma.
Se habla mucho de empatia.
Ponerse en el lugar del otro y demás.
Ir a un entierro y soltar un
«Lo superarás». «El tiempo todo lo cura».
«Te acompaño en el sentimiento».
ESO es lo que espero. Que «me acompañes» en lo que siento. Que te importe lo que siento.
No que me des soluciones a algo que ya no tiene solución.
En realidad yo no he enterrado todavia a nadie que me importe mucho pero sé que lo que yo necesito cuando me siento mal no es que me digan que no pasa nada, que el tiempo todo lo cura.
Y es desde mi perspectiva de lo que a mi me haria bien desde donde actuo y…escucho. Intento «acompañar».
No dar soluciones vacuas.
Soluciones; sólo si realmente las hay.
Hace un par de meses tuve que sacrificar a mi perra.
Tenia casi 18 años, habia estado muy bien…hasta que un dia no fue asi y no habia cosa más importante para mi que evitarle sufrir.
Un dia triste por más que yo tuviese muy claro y digerido que llegaria.
Fui a topar con la veterinaria con menos sensibilidad del mundo veterinario.
Pretendia hacerle todo tipo de pruebas por si lo que pasaba era que yo queria librarme del perro.
Mercantilismo puro. Sensibilidad cero.
Tuvimos una contundente bronca.
Ningún dia de mi vida habria sido el oportuno para tener que despedirme para siempre de ese ser noble al que amo y amaré siempre.
Asi que para mi no era un buen dia si implicaba tomar esa decisión.
Lo que menos podia ayudar a que no fuese un dia de mierda no era ponerse a habla de dinero, de marearla infinito antes de dormirla.
Con todo mi cabreo en lo más alto fui a ver a una amiga.
-Estoy como una moto…..Lo siento pero vengo a desahogarme y…a fastidiarte la tarde :).
Y mi amiga, que es mucho de escuchar y no quitar importancia a las cosas estuvo más de una hora aguantándome….asi de tan mala leche.
Hay gente se merece el cielo sólo por algo asi :).
Al final, y cuando yo ya habia bajado de revoluciones (gracias a su santa paciencia) me propuso consultar con otra veterinaria.
Mi amiga es peluquera canina.
En el barrio hay otra peluqueria y por tanto son «competencia». Pero no; porque hay un buen entente.
Yo no sabia que la competencia trabaja con una veterinaria mucho más sensible pero mi amiga si.
Eso es una propuesta que ayuda en un mal momento.
La hora larga que aguantó mi cabreo es lo que ayuda en un mal momento.
No habria ayudado un «no te enfades». Ni un…»te entiendo, hay veterinarios que sólo piensan en la pasta».
Cuando para un mal momento simplemente no hay a mano una solución….Pues no la hay.
Pero -para mi – sirve infinito más un «te escucho», me importa.
Que «un clavo saca otro clavo».
Para mi la empatia es.
Que alguien y lo que le pasa realmente te importe, te impliques… lo note….es validar lo que siente.
No ofrecerle «soluciones», comentarios, consejos….Con los que no pueda notar que realmente «le acompañas».
Validar.
Mucha gente vive con culpa hacia todo.
Se sienten culpables, se machacan…
A mi me gusta la idea de….no ser asi de duro uno consigo mismo. Por ser adulto.
¿Serias asi de duro con el niño de 5 años que un dia fuiste? ¿Le culparias, invalidarias lo que sentia?
No serias asi de duro.
Ni habrias perdido por completo la perspectiva de cuanto para ti era imprescindible simplemente….que a alguien le importase tu dolor.
Cuando un niño llora, siempre, es por un motivo valido desde su punto de vista, desde su vivencia interior. Sepamos o no dicho motivo, lo comprendamos o no, lo aceptemos o no… Desde la mirada adulta podemos pensar que “eso” no es importante o que quizás el niño reacciona desproporcionadamente. Ese es nuestro juicio. Pero lo que yo quiero hacer aquí es precisamente darle voz al niño y no al adulto que mira al niño.
Empatia, validar sentimientos…
http://yvonnelaborda.com/autoestima-y-seguridad-psicologica-la-importancia-de-validar-las-emociones-y-sentimientos/
http://www.rumbointerior.com/blog/sabemos-realmente-que-es-la-empatia/
https://www.youtube.com/watch?v=hRE6P_FY2rE
Hana says
Yo también detesto las frases hechas que hemos aprendido para supuestamente apoyar al que sufre. Parece que salen automáticas, y al final no reconfortan nada de nada.
Me ha gustado mucho un concepto que has utilizado: validar lo que se siente. Creo que esa es la llave para gestionar bien el dolor. Validarlo.
Y casi me pongo a llorar con la historia de tu perro y la veterinaria. Que duro 🙁
Gracias por compartir tanto de ti, querida Olga <3
Paula Rojas says
Hola Hanna.
Me encanto el mensaje.
Yo también tuve que escucharte sin verte, pero por el movimiento del automóvil en movimiento. Me mareo 🙂 Por el movimiento de las manos sólo pensaba, que maravilla esa carretera sin curvas.
¿Y un podcast?
Un abrazo.
Hana says
Pues me gusta tu proposición Paula!! Le doy una vuelta! 😀
Rosana says
Hana, por Dios, me pone nerviosa verte conducir mientras haces un vídeo y ver esas manos que se mueven alejándose del volante. Que cualquier despiste se paga caro al volante, cuidadín. Me leo la transcripción mejor. 🙂
Hana says
Gracias Rosana…que percepciones tan distintas tenemos las personas!! 😀
virginia says
Mi querida Hana,
a mi también me ha encantado el video, así tal cual, y coincido totalmente con que, a veces, no necesitas arreglar el dolor.
También soy de las que mi meditación, mi reflexión, muchas veces es cuando conduzco.
Y aunque no viene a cuento, he recordado a una persona, que una vez, hace más de 30 años, en el trabajo, me dijo que me llevaba a casa, era como media hora de coche y al final no me llevó, me dijo ufff, regresar luego sólo dándoles vueltas al coco.
Llevaba razón, cuando conduzco, casi siempre, me sale Pepito Grillo.
Un abrazo.
Mirk says
Hola Hana!
Tu mensaje me pareció muy bueno como siempre, pero del formato intente ver el vídeo pero me marea el movimiento del vehículo y la luz de fondo tan fuerte me pega en la vista, a la final tuve que escuchar solamente.
Saludos!
Hana says
Gracias Mirk!!! 🙂 Menos mal que incluí la transcripción!!
Arantxa Larrea Gutiérrez says
Me encanta tus reflexiones, estar ahí y escuchar es un tesoro y gracias a ti me pararé más a dar una oportunidad a la gente de mi entorno. Hace poco alguien de ese entorno me llamo «espíritu libre» lo entendí como un alago, pero quizás fue también un toque de atención para q sociabilidad un poco más, quizás me volquete demasiado en mi y mi mundo y he dado un poco de lado a gente q me importa.
Con respecto al formato del video, lo siento pero no me gusta, he preferido leerlo e intente verlo, pero me pone muy nerviosa lo mucho q gesticulas soltando el volante.
Hana says
Entiendo que te hayas puesto nerviosa, le ha pasado a más lectores y tomo nota!! 🙂 Gracias por compartir tus reflexiones Arantxa!!
MariCarmen says
Gradas Hanna por compartir con nosotros, siempre aciertas en la reflexión y en la emoción que la desencadena.
Un abrazo lleno de luz 🙂
Hana says
Otro abrazo de vuelta MariCarmen!! 🙂
Ricardo says
A menudo a las personas nos cuesta exponer nuestro dolor. Pensamos que es síntoma de debilidad o de que a nadie le interesa nuestra situación. Sin embargo, contárselo a quien tienes cerca o se interesa por ti, es el principio de la liberación del problema.
Seguro que Hana puede explayarse muchísimo más.
Gracias Hana!
Hana says
Gracias a ti Ricardo :)) La clave es ese primer paso, ser capaces de mostrarnos vulnerables y de expresar nuestro dolor cuando lo sentimos.
Pak Escudero says
Lo más de lo más… elegante, sencilla a la par que distinguida, inteligente, auténtica, transparente, valiente, arriesgada, y especialmente bonita.
Yo quiero otro del mismo estilo disfrutando de las alturas a 4000 metros, saltando en paracaídas.
¡Grande!