En este post te voy a contar una anécdota personal. Se trata del momento exacto en el que decidí empezar a buscarme la vida como emprendedora. Fue el típico momento en tu vida en que sabes que estás delante de un punto-de-no-retorno; un momento a partir del cual sabes que ya nada va a ser igual porque, de lo contrario, estarías traicionándote miserablemente y terminarías tus días amargada y pensando: ¿y si…..?
¿Quieres sabes como fue?
Todo empezó con una beca Erasmus en Francia en el año 2000. Fue mi último año de universidad y fue el año en el que comencé un periplo vital que duró varios años y cuyo manual de instrucciones se resumió básicamente en estas dos premisas:
Si no me gusta un sitio para vivir, me voy.
Si no me gusta un trabajo, lo dejo y me busco otro.
Y durante esos años estuve viviendo, trabajando y viajando por Europa en una etapa bastante dura, pero totalmente mágica y espectacular: me sentía libre → yo y solo yo decidía qué hacer con mi vida. Esta etapa tan especial culminó con un viaje-vuelta al mundo, después del cual, y como una losa, me aplastó una incomprensible necesidad de volver a España y buscarme un trabajo «estable» para llevar una vida «normal».
Así que volví para darle una oportunidad al sistema. Pero el sistema no estuvo a la altura.
Cuando volví a España conseguí un buen puesto en una empresa dedicada al comercio exterior pero después de un par de años de vida «normal», monótona y sin sorpresas, empecé a sentirme atrapada; en esa oficina y en la que siguió después. Empecé a intuir que mi lugar no estaba dentro de cuatro paredes.
Me apunté a un curso de paracaidismo y, durante un tiempo, esa sensación se mitigó; pero en el fondo seguía sintiendo que me faltaba algo…era una sensación que no me dejaba en paz: me quemaba.
Así que seguí con mi vida, ya no tan «normal», hasta que un buen día me pasaron un anuncio en el que se ofertaban varias becas del Instituto Madrileño de Comercio Exterior (muy parecidas a las becas del ICEX). Al leerlo mi corazón empezó a palpitar más fuerte: una de esas becas tenía que ser para mi. Lo tenía todo para conseguirla y sabía que podía aportar muchísimo desde mi experiencia, conocimientos y aptitudes: sabía desenvolverme y relacionarme con soltura en otros países, hablaba español, inglés, francés y marroquí, tenía experiencia y formación específica en Comercio Exterior, era una persona extremadamente proactiva y resolutiva…estaba segura de que la conseguiría. Era la oportunidad de mi vida.
En el proceso de selección, fui pasando todas las pruebas. Estaba entusiasmada. La última prueba consistía en una entrevista personal con una psicóloga. Una psicóloga que, tras ver mi CV y constatar que mi trayectoria personal y profesional era muy «diferente» a la de los demás candidatos, no fue capaz de ver más allá de aquellos hechos expuestos cronológicamente en una hoja de papel y me eliminó del proceso. Una psicóloga que no supo ver todo aquello que yo tenía que ofrecer. Una psicóloga que no supo valorar mi potencial.
¡¡ZAS!!
Decir que me quedé devastada sería un eufemismo.
Pero en ese momento, mirando al cielo con lágrimas en los ojos a lo Scarlett O’Hara, puse a dios como testigo y…
…juré que no pararía hasta encontrar un camino profesional que me permitiese desarrollarme plenamente; un camino profesional en el que pudiese expandir la mejor versión de mi misma; un camino profesional en el que se me valorase por todo lo que soy pero, también, por todo lo que puedo llegar a ser.
Y estaba segura de que en una oficina delante de un ordenador tenía muy pocas posibilidades de encontrar ese camino.
Esta es la razón por la que ese día decidí complicarme la vida como emprendedora. He tardado 6 años en conseguirlo pero ha merecido la pena.
Y ya ves que no lo he hecho por tener más libertad: durante el último año y medio he tenido menos tiempo libre que nunca y menos vacaciones que nunca.
Tampoco lo he hecho por dinero: mi nivel adquisitivo se ha reducido considerablemente desde que ya no trabajo para otros.
En realidad fue por algo mucho más importante y trascendental.
Gracias por darme el empujón que necesitaba, querida psicóloga 🙂
Y me pregunto si tú tienes una razón lo suficientemente poderosa como para empezar a complicarte un poco más la vida. Porque quizá la tengas justo en frente de tu nariz y todos los días hagas lo posible por ignorarla, haciendo como que no está ahí, como que no va contigo y pensando: bah! son solo tonterías.
Si es tu caso, déjame decirte que NUNCA vas a poder deshacerte de ella y tarde o temprano vas a tener que hacerle algo de caso. Si sientes que necesitas un empujoncito, búscalo…no esperes a que sea demasiado tarde.
¿Cual es ESA razón? ¡¡Cuéntanos por favor!!
¡Ah! Y si te ha gustado el post, ya sabes que los botones de aquí abajo sirven para compartirlo 🙂
¡Muchas Gracias!
Lo duro es cuando sabes que no quieres lo que tienes, pero no sabes lo que quieres. El mundo está lleno de opciones, pero decidirse por una resulta complicado. Bien es cierto que uno puede lanzarse a la aventura, y si falla probar otra vez, pero fallar cansa y al final uno acaba abandonando. Tomar la decisión correcta, con cabeza… eso sí que cuesta, pero lo que hay que tener en cuenta es que cualquier momento es bueno para emprender un cambio, realmente no necesitamos que nadie nos empuje a ello, aunque no viene mal que lo hagan en ocasiones. ¡Ay la indecisión!
Hola Joaquín!! Saber lo que NO quieres ya es un paso muy importante. El problema es que, a veces, incluso teniéndolo tan claro, no hacemos nada al respecto. Yo estoy segura de que si se intenta el número suficiente de veces, al final lo consigues. Es cuestión de estadística.
Y con respecto a la decisión con cabeza…que le den a la cabeza!!! La mejor herramienta para tomar decisiones es la intuición!!! 😀
Mi razón se llama LIBERTAD. No quiero que nadie me gestione mi agenda, ni que me impida perderme como crecen mis hijos. Gracias por estas bonitas palabras. Besos. Vir
Gracias Virginia!! Tu comentario se había ido al spam, no se por que, pero no lo había visto hasta ahora. Muchas gracias por compartir tu razón…poderosa donde las haya 🙂 Ahora que lo pienso, este post es una especie de historia de KM0 Personal, ¿verdad?
Qué placer que más que ponerme a contar, tenga que responderte, qué buena eres Hana, bravo!
Yo también decidí lo mismo, volar, emprender, pero sobre lo seguro, lo conocido. Emprender con lo que sabía hacer, no fue una gran ruptura, no quité la red, solo he asomado la nariz por el sendero de mi verdadera aventura.
El caso es que este pequeño paso destapó la caja de los truenos, los sueños de mi infancia han vuelto casi como si siempre hubiesen estado aquí, solo que me esforzaba mucho por ingnorarlos. Me gustaría ganarme la vida como actriz, vivir de trabajar con emociones. Eh aquí el kit de la cuestión, como darle ese giro a mi vida… por ahí ando buscadno las ganas, la fuerzas y en definitiva la determinación para hacerlo realidad.
Tal como dices, como Escarlata comiendo rábanos en el huerto, poniendo a Dios por testigo… que estoy aquí para vivir intensamente mi vida, para cumplir mis sueños!!
Un besazo! 😉
Acuérdate también de los monólogos…
¿De que monólogos, Francisco? 🙂
Guapa!! Emprender haciendo lo que te gusta y lo que se te da bien sigue siendo saltar a una red impresionante…a parte de ser lo más inteligente!! Eso te ha permitido dar el paso y ahora te surgen nuevas ideas…esta es la magia de emprender!! A mi me pasa lo mismo, constantemente…creo que voy a escribir un post sobre ello 😀
Mucha suerte y esfuerzo para cumplir tus sueños!!! Y muchas gracias por pasarte por aqui 🙂
Aún con todos los problemas que tiene ser emprendedor y empresario al mismo tiempo, es una sensación de estar delante de un abismo y de una situación de peligro que te mantiene vivo. El estar alerta, mirar más allá y sentir que cada día es único, hace que quiera seguir en este estado.
Por esa razón me complico tanto la vida.
Un abrazo.
Aaaayyy!!! Me ha encantado la imagen del abismo Luismi!! Por razones obvias, jejeje 🙂 Tienes razón en que el montarte algo por tu cuenta te obliga a estar constantemente alerta…a veces es agotador, pero es una maravillosa forma de vivir!!!
Gracias por compartir tu razón, un abrazo compañero!!!
¡Qué alegria ver a mis compis y blogueros Carolina y Luis!
Mi razón para emprender: mis hijos.
No sé si es razón ó Amor Incondicional.
Igual el próximo #cañasbloggers es en Guipúzcoa ¡Toma ya!
Te aviso …
En Guipuzcoa? Que suerte!!! 🙂 Pues yo creo que son ambas, Ana…la razón más potente y el amor incondicional que no podemos dejar de sentir hacia ellos 🙂
¡Abrazo!!
Que historia tan intensa!! Más o menos conocía tu laaaargo recorrido, pero ha sido un gusto poderlo leer en un post seguido; especialmente en este momento en el que me encuentro ahora mismo, de querer cambiarlo todo, pero con un poco de miedo, y sin saber muy bien cómo o por dónde empezar; eso sí, a tope de ilusión y ganas por emprender. Estoy bien donde estoy, pero he tocado techo, aunque tengo mi buen sueldo asegurado, tengo ganas de evolucionar, de tener algo propio, de ser el unico responsable de lo que haga. Cuando cuento lo que tengo pensado hacer a la gente, me dicen que si estoy loco, que según están las cosas cómo se me ocurre dejar algo que tengo asegurado…. pero es lo que siento en este momento.
Una vez más gracias por tu oportunismo a la hora de escribir jejeje!!!
Un fuerte abrazo.
Diego!!! No esperaba menos de ti!! Que te liases la manta a la cabeza y a volar!! Tienes talento y capacidades suficientes como para hacerlo realidad, que no te quepa duda!! Lo importante es que durante estas etapas iniciales te rodees de gente que te apoye y que expanda tus sueños!!
Si necesitas CUALQUIER cosa, estoy por aquí, no lo olvides!!! ¡¡Abrazos!!
Me siento muy identificado con tu historia.
He encontrado muy acertada la frase: “le di una oportunidad al sistema, pero no estuvo a la altura”. Es genial.
Pues mis razones siempre han sido las mismas: tener un trabajo digno y unas condiciones laborales que me permitiesen conciliar vida laboral con vida personal.
Al igual que tú también viví por un tiempo fuera y tenía las mismas ideas respecto a que si un lugar no te gusta lo que debes hacer es cambiarlo por otro.
En mi caso salí muy pronto de casa con sólo 19 años, también con una beca de movilidad pero dentro de España. Yo me fui a Barcelona. Allí pude comprobar lo que ocurriría en España posteriormente con los trabajos no cualificados y como la carrera que yo estaba haciendo (Filosofía) me conducía a ellos desarrollé la convicción de que era importante formarme en otra cosa con mayores garantías.
Con esa idea clara en la mente; me volví a mi casa al cabo del año y me formé en un campo que entonces parecía despuntar con mucho futuro: la arquitectura.
¿Hace falta contar el resto del entierro?
Emprender para mí es una actividad irrenunciable pero en la mayoría de las ocasiones hace falta un capital de inversión sin el cual el ritmo al que puedes progresar es muy limitado.
Así que ahora mismo estoy como estaba al principio y poco a poco voy dando pasos hacia donde creo que debo dirigirme. Con ciertos miedos y temores, con muchas limitaciones de financiación, pero con la convicción de que es lo mejor que puedo hacer en este instante.
Hola Miguel!! Muchas gracias por compartir tu historia!! Está llena de inspiración y de decisiones tomadas de forma auténtica y conectada 🙂 Te mando muchos ánimos para que nunca renuncies…aunque creo que no los necesitas porque para ti también es un punto de no retorno, siempre viene bien saber que somos muchos los que estamos luchando cada día.
Espero que poco a poco vayas encontrando toda la financiación que necesitas!! ¡¡un abrazo!!
Hana, saludos desde Ecuador, siempre me gusta destacar mi pais, para que veas que has roto todas las fronteras 🙂 este Post me vino super bien leer, para seguir llenandome de animo. Actualmente realice junto con mi esposo el abrir nuestro propio negocios de comidas rapidas riquisimo…. Pero como indica Miguel necesitas de dinero para invertir, es por eso que decidi volver a trabajar para poder invertir mas en mi propio negocio. Hace una semana tuve una entrevista, donde el puesto hubiera sido para mi era de tratar con varias personas, he hecho muchas cosas, como atencion al cliente, asistente de estudiantes en instituciones bilingues, agente de viajes, recursos humanos, muchas cosas con contacto al cliente. Y como ya voy para los 30 lo unico que se fijaron es mi edad y no mi experiencia, el criterio que utilizaron fue no tienes nada consolidado a tus 30 a;os, en mi cabeza estaba a que se refiere esta persona con este punto de vista, consolidarse tal vez seria haberme quedado en una empresa por 20 a;os o mas para llegar hacer jefe o gerente de algun puesto, (sin ofender a todos a quienes llegan a tener esos puestos), pero en Latinoamerica para un ascenso el asunto es mas complicado.. Entonces sali super desanimada pero luego pense bueno pues si estas personas no requieren de mi energia ni de mis ganas pues es que no saben lo que se pierden. Asi que la actitud que he tomado es utilizar todo mi yo en mi negocio y el resto viene por a;adidura. Tu frase Y me pregunto si tú tienes una razón lo suficientemente poderosa como para empezar a complicarte un poco más la vida. Claro que si esa es la razon de que estamos vivos, vivir al limite despierta otros sentidos que muchas veces los tenemos dormidos. 🙂 Y estoy dispuesta a seguir adelante
Hola Johanna!!! Te agradezco que te hayas tomado el tiempo de pasarte por aquí a compartir tus experiencias. Al final, la actitud y la confianza en uno mismo es lo importante a la hora de afrontar los rechazos y los baches que nos vamos encontrando en el camino.
Me ha encantado tu frase: utilizar todo mi yo en mi negocio 🙂 ¿Sabes que yo he tomado una decisión muy parecida hace unos días? 🙂 Y estoy segura de que es el camino correcto, para ti y para mi.
Eres una mujer muy valiente!!! Ánimo!! Te deseo todo lo mejor, de corazón, Johanna!! Un abrazo fuerte!!
HOLA Hana! me encantó este post!!! yo salí también muy joven de casa, pero para hacer más de lo mismo: me estanqué muuuuuuhco tiempo trabajando en cosas que no me llenaban , y me di cuenta de ello hace unos años. Estoy agradecida de que así haya sido. Te mando un beso grande!!
Otro para ti querida!! 🙂 Nunca es tarde si nos ponemos en marcha!! Un besote!!
Querida Hana: Buenísimo el post. En mi caso también hubo un evento que me impulsó a «dar vuelta la pisada» y tener que apelar a mi creatividad para seguir adelante. Y cuando estás en el agua y no sabes nadar, tienes dos opciones: ahogarte o aprender a nadar. Y claro que al principio es muy difícil y a veces desalentador, pero si insistes y tienes la perseverencia suficiente…te podrás convertir en un buen nadador.
Ahora me dedico a nadar y los disfruto plenamente.
Buenos dias,,que bien me sienta estos testmonios pero al mismo tiempo me tiemblan las piernas,,estoy pasando por un momento en queno me hallo en mi oficina y silencionamente alimento mi deseo de volar,,de no sentirme que no he echo nada con mi vida,,que en mi interior hay talentos por descubrir,,pero al mismo tiempo me digo YO MISMA,,sera una locura lo que estas pensando,,pero es algo que no se explicar como si tuviera una paloma en mi interior desperada por volar..
Yo odio, odio, odio, odio mi trabajo, no veo el momento de poder dejarlo, creo que nunca había odiado nada hasta que empecé a trabajar ahí jajaja
Pero! también estoy trabajando desde hace un año y medio en algo que me apasiona y poco a poco empiezo a ver los frutos de mi esfuerzo, espero que en poco tiempo pueda dedicarme solo a ello 😀
Últimamente me ronda una frase en la cabeza que me ha ayudado muchísimo a poner todas mis energías en mi proyecto y es esta:
«Si tú no trabajas por tus sueños, alguien te contratará para que trabajes por los suyos» Steve Jobs
Gracias por demostrar que si se puede 😉