¿Nunca terminas lo que empiezas? ¡Enhorabuena! Lo estás haciendo genial…

Si eres como yo, te habrás pasado media vida envidiando a la gente que siempre ha hecho gala de tener las cosas súper claras. Gente que es capaz de empezar un montón de proyectos y  terminarlos siempre, de tomar una decisión y mantenerla hasta el final de los días, de estar súper enfocada en sus objetivos y no despistarse con otros, etc…

Gente comprometida, constante, tenaz, firme, perseverante, acérrima incluso…

Y si eres como yo, te habrás fustigado alguna que otra vez,  después de la enésima vez que has intentado algo diferente y al poco lo has dejado.

Como no, luego habrán venido tus «queridos» amigos, con toda su buena intención, a decirte:

– Uy, pero ¿ya no estás ______ (rellena el espacio)?
– No. Lo he dejado. Sustituido. Abandonado. 
– Me lo imaginaba, eres un poco inconstante…siempre estás cambiando de opinión. 
– ¿Prefieres que te mate con arma blanca o de fuego?

Y, acto seguido,  hundirte en la más profunda de las miserias.

Si. Yo me he fustigado mucho. Hasta hace bien poco. Hasta que he cambiado de perspectiva. Hasta que por fin he comprendido que todos mis cambios de opinión, cagadas, equivocaciones y «fracasos»  me han traído hasta donde estoy hoy y me hacen quien soy.

Y te voy a confesar una cosa:

No he terminado casi nada de lo que he empezado en mi vida

Porque, básicamente.  he empezado un millón de cosas diferentes y tendría que vivir 5 vidas para terminarlas todas.

Pero de tanto lanzar el dardo, al final he conseguido hacer diana.

También he comprendido que es un disparate empeñarse en que hay que terminar todo lo que se empieza porque esto te lleva a  finalizar cursos y carreras que odias, a tener trabajos que te amargan la vida o mantener relaciones que te consumen.

Porque un día tomaste la decisión y no quieres echarte atrás…

Si, al final terminas. Terminas y llegas al final pero, muchas veces,  es un final de mierda que no te hace feliz.

Mmmmmhhhh….¿se te ocurre una forma mejor de arruinar tu vida?

Y el caso es que, la mayoría de las veces, cuando empiezas algo, lo haces sin saber con claridad como vas a terminar y sin tener una perspectiva global sobre ese proyecto.

Además, algo que parecen olvidar las personas comprometidas, constantes, tenaces, firmes, perseverantes y acérrimas es que

LA VIDA OCURRE

Es decir, la VIDA pasa, sucede  y  las circunstancias cambian, y lo que parecía una buena idea en un momento, puede no serlo al siguiente…¿por qué aferrarse?

Siempre digo que lo importante es EMPEZAR.

Y si te equivocas y tienes que EMPEZAR de nuevo, es un signo irrefutable de que lo estás intentando, de que te estás moviendo, de que no estás fosilizado bajo un mar de convencionalismos y mediocridad.

Mi mas sincera enhorabuena.