En el post de hoy voy a intentar desmontar tu coartada favorita, tu excusa más apreciada, tu mayor fuente de autoindulgencia. Oh si.
Aún me acuerdo cuando hacía entrevistas para encontrar trabajos (y aquí hago un inciso para matizar que habré hecho más de 100 entrevistas en mi vida) y una de las preguntas que solían hacerte era:
¿Cuales son tus puntos fuertes y tus defectos?
Y en ese momento, eliges tus fortalezas más relucientes sin despeinarte, pero te encuentras con el atolladero de hablar de tus defectos.
Miedito.
Pero ya lo habías ensayado en casa así que, sin despeinarte también, sales con que tu peor defecto es que eres demasiado perfeccionista.
Y te quedas tan ancho.
Me da la risa porque…que levante la mano el que, ante la preguntita de marras, no haya salido con esto del perfeccionismo.
Pero el problema es que van pasando los años y lo del perfeccionismo, eso que parecía el defecto perfecto => se va convirtiendo en la excusa perfecta.
Un lastre que tiene el mismo efecto en ti que si te embadurnasen de alquitrán.
Aunque no lo percibas.
El otro día leía esto sobre la perfección:
«La incómoda realidad el perfeccionismo es que estimula el bloqueo creativo: si sientes que no serás capaz de hacer algo bien, es menos probable que lo intentes, para evitar el fracaso (o-algo-que-no-llegue-a-la-perfección). Hoy en día la perfección es un blanco móvil.» – Colin Wright
La perfección es un blanco móvil. Y bastante escurridizo diría yo. Y, por ello, es muy difícil que hagas diana desde una posición estática, sin perspectiva. Lo que a ti te parece mediocre a otro le puede parecer excelente. Y viceversa. Así que es totalmente absurdo que te desgastes y permanezcas atrapada en esa espiral.
Porque si la perfección es un blanco móvil, el truco para hacer diana es precisamente moverse también. Bailar con la incertidumbre. Y arriesgarte a hacer el más completo de los ridículos.
Y cuando de repente parezca que si, que por fin te acercas a la perfección, quizá la pierdas de vista otra vez. Y tengas que seguir ajustando. Y volver a empezar.
Y exponerte a que abran un grupo de wasap a tus espaldas para meterse contigo y comentar tus últimas jugadas.
Qué mal.
Así que mejor te quedas dando vueltas, posponiendo y postureando sobre el perfeccionismo. Leyéndote ese millón de libros imprescindibles para tomar la siguiente decisión.
Imagen «Libros» de Shutterstock
Porque te ahorra muchas posibilidades de quedar como un friki o una boba. Y porque es una excusa muy cool.
Pero…¿no será que estás cagado de miedo? ¿Y que no te sientes lo suficientemente preparada?
¿Si?
Pues te voy a contar una cosa:
Si hay algo que te ha atraído lo suficiente como para empezar a dar pasos en esa dirección (escribir un libro, crear una aplicación nueva, lanzar un blog, abrir una tienda online, inaugurar un centro de masajes…) y ese algo te remueve lo suficiente como para que incluso te molestes en sentir miedo e inseguridad («¿yo? ¿cómo voy a lanzarlo ahora? ¿si todavía no está listo? ¿si no está perfecto? ¿si no estoy lo suficientemente preparado y formado? ¡¡¡aaarrghhhhh!!!«), te recomiendo que le des toda la caña que puedas y que llegues hasta el final.
Porque si algo dentro de ti no estuviese destinado a seguir ese camino, inmediatamente después de detectar esa oportunidad, simplemente habrías cogido el móvil para ojear videos en Youtube y nunca hubieses vuelto a pensar en ello. Nunca.
Pero no. La idea se quedó revoloteando en tu cabecita y en tu corazón, hasta que la cogiste al vuelo y empezaste a hacer crear algo con ella.
Y eso es un detalle importante, ¿no crees?
Así que, ya que has empezado, sigue adelante, no te estanques. Y lánzate, coño. Aunque sientas que todavía te queda un mundo para sentirte cómodo.
Porque la realidad es que siempre te quedará un mundo para sentirte cómoda.
Y eso…moooooola 🙂
Ah! Y ya sabes que si te ha gustado este post y crees que le puede venir bien a alguien, puedes compartirlo con estos botones de aquí abajo y yo te lo agradezco infinito 🙂
Rosana says
¡Prime!
Conozco a alguien que esto le viene como anillo al dedo. Fíjate, yo lo del perfeccionismo sé que es un lastro desde que soy una niña. Había un momento, cuando se hacían los típicos trabajos del cole, en que entraba el perfeccionismo a la palestra y me impedía terminar. Era un dar vueltas a cosas súper pequeñas y absurdas. En esos momentos, yo que era muy lista, decía «que alguien me lo quite de las manos». Afortunadamente en mí el perfeccionismo sólo sale cuando estoy a punto de terminar un proyecto, con lo que sabiendo lo que hace el jodío es más fácil desprenderse de él.
Y lo de las entrevistas de trabajo….es puro postureo todo ello. Puajjjjjj. Es que no puedo con ellas. Por eso quizás las evito como la peste. ¿Quieren saber de verdad mis puntos débiles? Pues que tengo muy mala leche, sobre todo cuando me hacen perder el tiempo (como en la entrevista), que aprendo súper lento y que eso de levantarse temprano no es para mí.
A ver quién me contrata con esas joyitas. Ahora, ellos se lo pierden 😛
Hana says
Sabía que este post te iba a llegar Rosana :)) Pero también sabía que ya has hecho muchísimos avances 😀 Me he reído mucho con lo de tus puntos débiles, jaajajaja
María says
Me siento completamente identificada, Hana! Cuántas cosas dejamos de hacer o ni siquiera empezamos por miedo a no hacerlo del todo bien. Cuando lancé mis primeros vídeos en Youtube, estaba aterrada. Y es verdad que no salió nada perfecto: la calidad era pésima (el sonido fatal, mi forma de hablar poco confiada, etc.) Pero me atreví a dar el paso y los siguientes vídeos fueron mejorando poco a poco, sin que estén perfectos a día de hoy. Pero es lo que dices tú: si no te lanzas, si no empiezas… no vas a conseguirlo nunca. Deberíamos aceptar el error o la imperfección como algo propio de los seres humanos, como los comienzos. Además es así como aprendemos, ¿no? Un abrazo!
Hana says
Hola Maria!! Me he metido en tu pagina a ver tus ultimos videos y te veo estupenda!!! 😀 Y en este, especialmente, además de tener un montón de visitas, hablas con una soltura increíble! Enhorabuena!! 😀
https://www.youtube.com/watch?v=aksxFUoVGcs
Muy buena perspectiva la de las caras del miedo, con tu permiso, lo comparto! Gracias!
María says
Muchas gracias, Hana. Estoy aprendiendo de la mejor! Y sigo creciendo gracias al mundo del coaching y confiando cada día más en mí misma. Ahí está la calve. Un besito y gracias de nuevo!
william says
«El peor enemigo de las cosas buenas son las cosas perfectas»
Hana says
AMEN 🙂
César says
Con esta has dado unas cuantas collejas sin despeinarte 🙂
Muchas de las cosas que nos trabajan el avance de un proyecto y sobre todo su finalización y entrega, es la bendita búsqueda de la perfección. He aprendido, por saludo mental y productividad, que si un proyecto lo tengo al 90% de lo que considero «muy bueno», es entregable.
Siempre queda el margen de mejora y las segundas fases. ¡Gracias por el post Hana!
Hana says
Gracias a ti Cesar!! Pues a mi también me parece que le 90% es súper aceptable…porque ese 10% que nos queda, nunca lo alcanzamos 🙂 Un abrazo!!
Ana Bizarro says
Nos enseñan, nos repiten, y nos graba a fuego lento la PERFECCIÓN (inalcanzable por todo lo que nos explicas)
Pero cuando entiendes como funciona el cuerpo (con la crisis de los 40 se aprende un ovario!) y que muchas enfermedades son causadas por desequilibrios emocionales/mentales ¡Te acojonas! Y empiezas a fluir…
Voy a por todas ¡Y a la mierda el perfeccionismo :)!!! El mes que viene tengo un reto muy importante pero lo haré por ELLOS ¿Quién? Mis hijos.
Un abrazo corazón ¡Con ganas de ver tu nueva web! Será divina
Hana says
Ufff…acojonada estoy yo por días con el tema de las enfermedades, pero me lo estoy trabajando y respiro y confío. Deseando que me cuentes sobre tu reto…que curiosidad!!!
Un abrazo de vuelta Ana!!
Jaime S. Ferrer Calvo says
Me parece genial lo que dices acerca del perfeccionismo, Hana. ¡¡¡Gracias a ti, Hana, y a gente como tú!!!
Hana says
Gracias a ti Jaime!!! 😀
Sara says
Un post estupendo, como siempre! estoy completamente de acuerdo con María, los errores están para aprender de ellos! De hecho según tengo entendido, en Estados Unidos una de las preguntas habituales durante las entrevistas de trabajo es sobre los fracasos que hayas podido tener a lo largo de tu vida. Si no has tenido ninguno lo consideran como una carencia, una falta de oportunidad de aprendizaje.
Hana says
Es que la cultura en EEUU sobre este tema es totalmente distinta a la nuestra. Podríamos aprender un poco más de ellos y nos iría mejor…gracias por compartirlo y bienvenida!!
Paula says
Excelente post y me viene genial en este momento! Me gusta mucho el enfoque que le das a la situacion para salir del estancamiento: si has llegado hasta aquí: sigue, sigue, sigue…el movimiento genera movimiento! Gracias y saludos!
Hana says
Gracias Paula!! Es que no hay otra clave más que el seguir moviéndote :))
María says
El querer ser perfeccionistas nos detenie. Os recomiendo como lectura mi libro. Acción Masiva Imperfecta (AMI) donde descubriréis como cambiando un hábito podréis alcanzar vuestros objetivos. http://www.amazon.com.mx/gp/aw/s/ref=nb_sb_noss/183-6648673-6031600?k=Ami+la+extrategia+del+exito
María says
Muy buen post Hana. Con tu permiso hago referencia en tu blog a nuestro libro, donde precisamente escribimos sobre este mal que nos afecta a muchos. Gracias por tu espacio.
Hana says
Gracias por el link Maria…me gusta mucho el nombre de tu libro, me da para reflexionar 🙂 Mucha suerte!!
alicia says
El perfeccionismo ha sido siempre un inmenso obstáculo en mi camino, un dardo paralizante que no me permitía iniciar nada nuevo ¿para qué? Si no lo iba a saber hacer bien… Ese perfeccionismo escondía en realidad inseguridad. Y contra esto nada mejor que tu palabra mágica , Hana: EMPEZAR, ponerse en marcha y en el proceso ya iremos «perfeccionándonos», pero sin compararnos con nadie, somos únicos y cada uno tiene algo distinto que aportar. Al final, de lo que se trata es más de disfrutar de lo que se haga que de si el resultado es perfecto.
Y cuando cambias la perspectiva se siente un gran alivio y se es mucho más feliz.
Gracias por poner de manifiesto esta realidad y hacernos reflexionar.
Hana says
Con respecto a una de las ideas que compartes, estos días leí en algún sitio: cuando te permites ser tu mismo, aportas algo nuevo al mundo que no existía antes.
Y se me pusieron los pelillos de punta 🙂 Gracias a ti por pasarte por aqui 🙂
Yelisette Rojas says
Hola, Hana. Hace poco tuve una entrevista de trabajo (después de 14 años). La verdad, no me preparé para dar respuesta a las posibles preguntas. Lo que hice fue responder con sinceridad y franqueza. Cuando me preguntaron por mis defectos me quedé muda. No supe que decir. El asunto del perfeccionismo rondó por mi cabeza unos instantes, pero no respondí.
¡Me sentí fatal! Pero parece que no me fue tan mal porque me dieron el empleo…