El otro día volví a leer este párrafo del gran Seth Godin:
“There’s never been a better opportunity to step up and make an impact, while we’ve got the chance. This generation, this decade, right now, there are more opportunities to connect and do art than ever before. Maybe even today. It’s pretty easy to decide to roll with the punches, to look at the enormity of natural disaster and choose to hunker down and do less. It’s more important than ever, I think, to persist and make a dent in the universe instead.”
Que traducido, muy libremente, vendría a ser algo como:
«Nunca ha habido una mejor oportunidad para dar un paso al frente y tener un impacto en el mundo. En esta generación, esta década, ahora mismo, hay más oportunidades de conectar y crear Arte [el arte para Seth Godin «no es un cuadro. El Arte es cualquier cosa creativa, apasionada y personal. Y el buen Arte resuena en el espectador, no solo en el creador»] de las que ha habido nunca. Es relativamente fácil decidir que vas rodar por el suelo cada vez que recibas un puñetazo, o decidir que vas a apoltronarte y esforzarte menos cada vez que te encuentres ante la enormidad de los desastres naturales. Pero creo que es más importante que nunca que persistas y que hagas mella en el Universo.»
Y entonces, me he quedado pensando en esta expresión: «make a dent in the Universe». Que literalmente significaría «hacer mella en el Universo», pero a mi me gusta más mi traducción:
Dejar una huella en el Universo.
¿Qué bonito, verdad? 🙂
Espero que te lo parezca porque esa es tu única misión en la vida.
Y en realidad esta expresión tan bonita es de Steve Jobs, que una vez dijo esto:
We are here to make a dent in the Universe. Otherwise why else even be here?
«Estamos aquí para dejar una huella en el Universo. De lo contrario, ¿por qué otra razón estaríamos aquí?»
Y, como dice Seth, nunca ha habido un mejor momento para que cualquiera de nosotros lo haga.
Aunque esto que te estoy contando te suene a chino y tu trabajo diario consista de darle a la misma tecla del ordenador durante 8 horas al día.
SIEMPRE tienes la oportunidad de hacer algo más significativo con tu vida.
Y antes de que levantes la ceja con escepticismo, te voy a contar como se hace:
1. Lo primero que has de hacer es un profundo trabajo de auto-conocimiento. Conócete a ti mismo, ya lo decían los sabios griegos.
2. Cuando ya puedes irte de cañas hasta con la última fibra de las fibras que te componen, lo siguiente es enfocarte en todo aquello que te hace único, aquello que te hace brillar.
3. Busca la forma de utilizarlo para dar un servicio a los demás, por pequeño e insignificante que te parezca.
4. Hazlo.
5. Sigue haciéndolo.
6. No esperes nada a cambio.
¿A qué no es tan complicado? 🙂
Lo cual no quiere decir que sea fácil, así que quizá ahora estés pensando que tú no crees que puedas hacerlo porque no tienes nada que te haga único.
Y aquí te voy a decir dos cosas:
1. Piensa en el Universo. Visualízalo. ¿Te parece un lugar pequeño? ¿O un sitio limitado y restringido? ¿Verdad que no? Entonces, ¿por qué se te pasa por la cabeza, siquiera por un segundo, que no hay sitio para la huella que (tú y solo tú) puedes (y debes) dejar?
2. Como se que no es fácil, no te pierdas las próximas entradas en este blog porque te voy a dar algunas buenas estrategias dirigidas a que puedas conocerte mejor.
Esta semana se acaba el verano. Tenemos todo un curso por delante. No te despistes 🙂
** Indico aquí el comentario que nos ha dejado Silvia sobre este post. Merece la pena leerlo detenidamente y absorber hasta la última palabra. Gracias Silvia 🙂
De la suma y el balance de huellas que dejamos cada uno… Depende la evolución.
Unos la dejan a través de la ciencia que es como pisar el acelerador de esta evolución.
Otros la dejan a través del arte, que enriquece el alma y activa los sentidos.
Muchos a través de unos hijos que se preocupan en educar activa y sanamente, que contribuirán a mejorar el mundo, y otros en cambio dejan hijos que no son capaces de educar, consumiendo recursos e intoxicando un poco más la sociedad.
Algunos a través del AMOR al prójimo, porque no necesitan dejar genes, sino emociones positivas que sumen en la conciencia universal…
Y muchos otros dejan huellas tan sumamente livianas, que sólo la portera de su casa las ha visto y pronto desaparecen entre el resto de las huellas…Hay huellas que más vale nunca se hubieran dejado, y otras que por tiempo que haya pasado parece que se hicieron ayer y siguen teniendo el mismo relieve y valor.
Que la huella que dejemos, sea del tipo que sea, aporte valor y no reste… Sólo si el balance de la suma de nuestras huellas es positivo, seguiremos evolucionando en le dirección deseada por el bien de la sociedad en general…
Isabel says
Para mí al final todo se reduce a actuar desde el amor: amor hacia ti, hacia los demás y hacia el Universo. Desde ese lugar seguro que dejas huella 😉
Hana says
Gracias Isabel!! En realidad, el SERVICIO es una muy pura manifestación de AMOR 🙂
Cati says
Para mí, la huella que dejamos todos es el recuerdo que queda de nosotros en los demás.
Puede ser un recuerdo bueno, sano o por el contrario, un recuerdo tóxico.
Desde que soy madre, en muchas ocasiones he pensado cuál será mi huella en esta personita que crece un poquito cada día? ¿qué recuerdo le dejaré?
Pienso que mientras alguien nos recuerde, la huella que cada uno cree persistirá, sea buena o no tan buena.
Hana says
Hola Cati!! Yo también lo pienso cada día…y nuestros hijos son un perfecto reflejo del poso que dejamos en los demás 🙂 Así que podemos utilizarlo como indicativo y esforzarnos cada día para que la huella sea un recuerdo bueno! Un abrazo!
Daniel Laya says
Como siempre, encantado con tus posts querida colega! Si pudiera agregar algo, que imagino que estarás de acuerdo, es que los pasos del 1 al 6 son cíclicos y a veces van un poco más en paralelo que en secuencia.
Abrazo,
Hana says
Totalmente de acuerdo 🙂
Pak Escudero says
Cada día pones el listón más alto, Hana.
Estoy completamente seguro que tus semillas en este universo siempre florecerán.
Dicen que lo difícil no es tener un hijo, escribir un libro y plantar un árbol, no.
Es educar a un hij@, hacer que lean el librito y conseguir que crezca el arbolito.
Esta es una misión que siempre me ha fascinado…
Me parece bonito que hayas compartido tu esfuerzo y actitud en este circo del planeta.
Gracias, campeona.
Hana says
Muchas gracias a ti Pak!! Y gracias porque, aunque he estado un poco ausente, veo que sigues ahí 🙂 Un enorme abrazo compañero!!!
María says
Muy cierto eso que cuentas, Hana. Muchos vivimos pensando que no tenemos nada que aportar, que la vida se nos ha dado para pasar de puntillas por ella… como he vivido hasta hace muy poco, con miedo a sobresalir, con miedo al qué dirán, con miedo a brillar, a que la gente me conozca. Todavía hoy cuando publico algo en mi blog que es personal, me pregunto: ¿a quién le importaría mi vida, a quién creo que podré ayudar, quién me he creido que soy? Pero gracias a blogs como el tuyo he empezado a creer en mi y aunque todavía me cueste, trato de ir cambiando mi forma de ser, y creo firmemente que sí tengo algo que aportarle al mundo, a dejar esa huella de la que hablas.
Hana says
Me alegro un montón María!! Tus palabras me han hecho sentir muy bien. Porque, aunque no queramos aceptarlo, todos y cada uno de nosotros tenemos algo que aportar, y el hecho de que no podamos verlo, no significa que no sea cierto.
Un abrazo fuerte guapa!
Miguel says
Yo creo, pensando en el mundo del arte plástico, que todos los artistas jóvenes de hoy quieren producir algo diferente a los demás y que en esa búsqueda colectiva de lo «singular» lo que consiguen generar es un trabajo artístico de pésima calidad. Es significativo porque marca una época.
Para mi lo que somos está en el medio mismo; eso es lo que transformamos. El medio. No a nosotros.
Confieso que no es nada agradable cuando te dicen: «Miguel, eres un extraterrestre». Aqui lo puedo convertir en algo positivo, pero en ese momento lo siento como un ataque, daniño en sí mismo, no dañino por lo que es, porque yo se que es verdad.
Y es que, ¿de qué te sirve ser singular si los demás no te aceptan?, ¿de qué te sirve aceptarte a tí mismo si el resto no lo hace?
El mayor error que he cometido en mi vida ha sido intentar ser lo que no soy: normal. En aquel momento en que racional e intencionadamente me propuse llevar una vida normal, me trasformé en alguien raro (no singular, sino raro).
Las personas singulares sufren por lo que son, porque generalmente el resto o no las entiende o directamente las rechazan como una amenaza. Ya incluso hablar de la singularidad en unos términos negativos transforma la misma palabra. Sugiere un entrecomillado, se pone en cuestión a sí misma. ¿Singular? ¿Pero cómo de singular? ¿Qué tipo de singularidad? Singular en la conducta o singular en el talante.
Yo por todo eso no quiero ser singular, y además creo que lo menos «singular» en este momento es querer ser singulares. Quiero en cambio, que mi vida sea singular y para ello necesito dotarme de los medios para que sea posible.
Porque lo que yo realmente anhelo es el que seamos plurales, hablar en términos de pluraridad, no en términos de singularidad. Aunque lo plural sea una suma de singulares. Ser singulares supone no aceptar injerencias y no es posible convivir así. No quiero terminar sin lanzar un lema: VIVIR es CONVIVIR.
Hana says
Hola Miguel!! Yo me pregunto ¿Cómo hacer que tu vida sea singular si no hay nada de singular en ti?
Y tampoco veo que ser singular signifique no aceptar injerencias ¿qué te hace pensar así?
Miguel says
Los medios Hana.
Finalmente es ahí donde encuentro todas las posibilidades y limitaciones.
En mi mismo… claro que hay cosas que mejorar, eso siempre.
Digamos que hay dos posturas frente a la vida:
1. La que entiende que vida profesional y vida personal es una misma cosa.
2. La que entiende que son cosas distinas.
El coaching asume la primera y la convierte en un filosofía.
Yo no se con cual de ellas se logra una mejor aceptación de los fracasos, lo que si tengo claro es que asumirlos lo más rápido posible te ofrece la capacidad de rectificación necesaria para encontrar soluciones tal como se presentan los problemas.
Perder esa capacidad es perderte.
Es la clave de todo: encontrar soluciones. Porque tú propones y la vida dispone.
Y volvemos a lo mismo: los medios, las circunstancias, la situación…
En la vida una misma postura frente a un mismo objetivo da resultados distintos.
En la «singularidad» uno podría encontrar una explicación para todo pero eso tiene implicaciones. Por una parte implica SENSIBILIDAD. Amor propio. Cierto sentido de preservación.
Hasta ahí bien, pero al mismo tiempo también da pie a la egolatría, no solo la propia que sería egocentrismo, sino la idolatría a otros egos, a otras «singularidades». Y como no, a la estupidez. A hacer un juicio de lo superfluo dándole una importancia relevante.
En este momento para mi la cuestión de vital importancia es como asumir mejor un fracaso profesional y aprender cómo actuar para evitar que se produzca de nuevo. Pensar en qué me he equivocado y tratar que el peso de esos errores sea lo menos determinante posible.
Si yo hubiera sido plenamente libre, sino hubiera aceptado injerencias, no estaría en esta situación. No se si sería peor o mejor; pero no tendría la sensación de no haber actuado según mi propio criterio. Y en este sentido, es muy posible que si yo hubiera hecho por preservar mi «singularidad» (digámoslo así) quizá me hubiera ido mejor. Por eso decía que no se cual de las dos posturas frente a la vida es mejor.
Eva says
Excelente entrada Hana, la mejor desde hace tiempo, No sé si la comparto mucho (no aspiro a dejar una huella profunda en este mundo, más bien simplemente a ser feliz, con todo lo que esa palabrita implica para mí y por mucho que suene a tópico egoísta…), pero en todo caso me ha hecho pensar.
Sí comparto en cambio los pasos del 1 al 6, clavados, ahora toca ponerlos en práctica… ¡Bien por esa vuelta al curso! Te seguiremos desde el otro lado…
Hana says
Hola Eva!! El caso es que, cuando hablo de «huella» no me refiero a que haya que revolucionar el mundo. Y te digo más…si tu empeño es ser feliz, estoy segura de que dejarás una huella en tu entorno preciosa…aunque no lo pretendas 🙂 Un abrazo!
Silvia says
De la suma y el balance de huellas que dejamos cada uno… Depende la evolución.
Unos la dejan a través de la ciencia que es como pisar el acelerador de esta evolución.
Otros la dejan a través del arte, que enriquece el alma y activa los sentidos.
Muchos a través de unos hijos que se preocupan en educar activa y sanamente, que contribuirán a mejorar el mundo, y otros en cambio dejan hijos que no son capaces de educar, consumiendo recursos e intoxicando un poco más la sociedad.
Algunos a través del AMOR al prójimo, porque no necesitan dejar genes, sino emociones positivas que sumen en la conciencia universal…
Y muchos otros dejan huellas tan sumamente livianas, que sólo la portera de su casa las ha visto y pronto desaparecen entre el resto de las huellas…
Hay huellas que más vale nunca se hubieran dejado, y otras que por tiempo que haya pasado parece que se hicieron ayer y siguen teniendo el mismo relieve y valor.
Que la huella que dejemos, sea del tipo que sea, aporte valor y no reste… Sólo si el balance de la suma de nuestras huellas es positivo, seguiremos evolucionando en le dirección deseada por el bien de la sociedad en general…
un beso
Silvia
Hana says
Amen, Sivia, amen. Podría reproducir tus palabras al final de post y en FB? Me ha encantado como lo has expuesto, yo no podría haberlo hecho mejor. Grandes ideas sobre las huellas que dejamos, bravo!!
Mauricio says
La parte más crítica para que esta idea permanezca en nuestra mente y sigamos adelante a pesar de las adversidades es estar conscientes que las pequeñas acciones al final hacen un cambio enorme. Es recurrente que las personas pierdan un poco la constancia al ver que sus acciones no tienen un impacto inmediato; sin embargo, lo único que nos queda al final es la fe de que todo lo que realizamos, cuando lo hacemos desde el corazón y la vibra positiva, florecerá.
Hana says
Hola Mauricio!! También has dado con la clave!! Las pequeñas acciones al final hacen un cambio enorme y no hay otro secreto que ese. Nos fustigamos pensando que no tenemos ningún don o nada que aportar a los demás, pero es absurdo. Todos podemos y debemos aportar valor a nuestro entorno, como digo, por insignificante que sea.
¡Un fuerte abrazo y gracias!
Amparo Millán says
Me quedo muy especialmente con los pasos 4, 5 y 6: hazlo, sigue haciéndolo y no esperes nada a cambio.
Qué difícil nos resulta aplicar esto, y sin embargo es la forma más segura de prosperar, incluso, por paradójico que resulte, en el terreno económico.
Gracias por recordarlo Hana. A ver con qué nos sorprendes esta semana 🙂
Hana says
Muchas gracias Amparo!! Tienes razón en que la mayoría de las veces, ahí reside la dificultad: seguir adelante a pesar de no ver resultados!! Esa es la diferencia entre las personas que prosperan y las que no –> la persistencia.
¡¡Un abrazo!!
Álvaro López says
Genial Hana! ya estoy esperando la siguiente entrada
Me ha recordado mucho a algo que leí de Andrés Pérez Ortega sobre Marca personal. Al fin y al cabo una marca es reconocida por la huella que deja.
Cada uno de nosotros somos recordados por el recuerdo que dejamos en los demás, por la marca que en sus vidas hemos dejado.
Lo dicho, espero a la espera de la próxima entrada 😀
Un abrazo!
Hana says
Gracias a ti Alvaro!! No me extrañan las palabras de Andrés porque ¿sabes qué? Que siempre he pensado que el tema de la Marca Personal tiene más que ver con el desarrollo personal que con el marketing 😉
Un abrazo!
Silvia says
Por supuesto Hana!!
Es un honor para mi.
Gracias
Un abrazo
Laura says
Genial Hana. Este artículo sí que deja huella 🙂
Me encanta la simplicidad con la escribes, a la vez que transmites profundas enseñanzas.
Ciertamente la idea del significado de la vida no debe andar muy alejada del dejar una huella. Y aunque uno podría pensar que esa huella debe ser enorme, inmensa, grandiosa… no tiene que ser así, al menos en términos cuantitativos «objetivos». Para mí una pequeña huella puede ser todo lo enorme que yo desee, y significar aún más. Es la plenitud de hacer aquello que te emociona y entusiasma lo que puede convertir las cosas pequeñas (a ojos de otros) en cosas inabarcables casi. Así pues, creo que dejar tu huella no debe entenderse como marcar un hito en la historia, sino más bien como dejar una marca que tú sepas que está ahí (y probablemente los que más te aprecian también).
Cada uno es diferente, y lo mismo puede gustarte gritar a voces lo ilusionado/a que estás, que disfrutar de tu parcela de intimidad contigo mismo o con las personas más importante de tu vida. De modo que hay tantas huellas como personas, cada una a su manera y con su encanto 🙂
Y mando ánimo y fuerzas a todo aquel que se haya decidido a dejar, por fin, su huella. El mundo se convertirá en un lugar mejor, seguro.
Un saludo a todos y gracias por compartir vuestras ideas.