Cuando se habla de la zona de confort se hace referencia a ese espacio en la vida que hemos construido y en el que nos sentimos tranquilos, seguros, estables. Esta zona puede estar compuesta por múltiples aspectos de nuestra vida como, por ejemplo, nuestro trabajo, nuestra pareja, nuestra ciudad… Y todo parece ir bien hasta que llega el momento de tener que hacer algún cambio y, entonces, aparecen los miedos, la inseguridad y el temor.
Y es que ese es el gran problema de que vivamos en una zona de confort. Se está muy bien ahí adentro, sí, pero cada vez se convierte en algo parecido a una cárcel que nosotros mismos nos hemos construido. Por este motivo es importante salir de esta zona y explorar lo que, comúnmente se llama, la “zona mágica”, es decir, ese terreno de la vida que no dominamos, que nos resulta nuevo y en el que podemos aprender cosas nuevas e interesantes.
A continuación voy a darte una serie de motivos para salir de tu zona de confort, así, podrás empezar a vivir la vida con la intensidad que realmente nos merecemos.
Salir de la zona de confort para conocerte mejor
Si llevamos toda la vida haciendo exactamente lo mismo, nos habremos auto-limitado y, por tanto, es probable que no nos hayamos permitido crecer ni probar cosas nuevas. Salir de esta zona de confort nos ayudará a saber quiénes somos hoy en la actualidad, a dejarnos descubrir cosas nuevas y que, así, podamos seguir creciendo.
Para atreverte con todo lo que te propongas
Salir de la zona de confort también nos ayuda a estar acostumbrados a luchar por lo que queremos, a tener que adaptarnos a nuevas situaciones, nuevas personas y nuevos conocimientos. Es un estímulo más que nos ayudará a no tener miedo y a confiar en que nosotros podemos hacer todo lo que nos propongamos.
Para vivir la vida al máximo
Y otro de los motivos por los que es importante abandonar la zona de confort es para darnos la oportunidad de vivir la vida en todo su esplendor. Sin miedos, sin inseguridades y con mucha valentía.
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