Es interesante ver cómo dejamos que algo tan ordinario nos impida avanzar. Algo tan común que a veces ni siquiera somos capaces de percibirlo. Pero está ahí y probablemente sea tu peor enemigo.
¿Qué es?
La valla.
La valla en la que te sientas cada vez que se te presenta una gran oportunidad o reto, que en realidad son la misma cosa 😉
Te sientas en la valla a ver la vida pasar, porque el cambio te da miedo.
Dale al Play.
Y dime…¿has localizado en qué espacios en tu vida estás sentadito en la valla? ¿Qué paso puedes dar hoy mismo para bajarte de ahí?
[Imagen de Shutterstock]
Quizás estés sentado en la valla con respecto a mi programa Circus People, y si es el caso, te cuento que para bajarte solo tienes que tomar una decisión:
- Si Circus People no es para ti, toma la decisión de no unirte.
- Si por el contrario sientes que este programa podría cambiarte la vida para siempre y quieres aprovechar esta oportunidad, salta, mójate, pincha aquí y reserva una cita.
Gracias 🙂
TRANSCRIPCIÓN
Buenos días, estoy un poquito dormida pero, ya que me encuentro inmersa en un atascazo de camino a Madrid, he pensado que sería una buena oportunidad para hacer otro video motorizado, a pesar de las críticas que recibí con el video anterior.
¿Y de qué quiero hablar hoy? De una memoria que me surgió el otro día, un recuerdo que me vino el otro día mientas estaba trabajando. Fue un día en el que tenía 21 años, llevaba una camisa naranja, y estaba en la Universidad. Un amigo de la facultad me llamó porque me dijo que quería verme y proponerme una cosa.
Este amigo de la facultad tenía un grupo de música y tocaba increíblemente bien la guitarra y la verdad es que tenía y tiene mucho talento. Entonces, quedé con el para tomar un café, y lo que me propuso fue que si quería ser la cantante de un nuevo grupo de música que quería montar.
Y bueno, la verdad es que a mi siempre me ha gustado cantar y siempre he aprovechado la mínima oportunidad para interesarme por este mundo de la música y del canto. Y de repente me vi en enfrente de una oportunidad maravillosa…pero ¿qué hice? Me acojoné y le dije que NO.
En lugar de enfocarme en esa oportunidad que se me estaba presentando para cumplir un sueño, o para descubrir un camino nuevo en mi vida, o simplemente incorporar un aprendizaje nuevo a mi vida, me enfoqué en el miedo que sentía…en el miedo que me hacía pensar: «¿qué pasa si lo hago mal? ¿qué pasaría si mi amigo se da cuenta de que no canto tan bien, y que no me merezco ser la cantante de ese grupo de música?, ¿qué pasa si hago el ridículo? ¿qué pasa si fracaso?»
Y no me atreví. Me quedé sentadita en mi zona segura, y preferí no arriesgarme y le dije que no.
Y como digo me acuerdo perfectamente de ese día, de la ropa que llevaba y todo, porque incluso hoy, que tengo 39 años, esto de cantar sigue estando presente en mi vida, y precisamente hace unos días estuve en un evento en el que de repente subió un grupo de música al escenario; eran muy jóvenes y hacían versiones. Y de repente vi a esa chica tan joven y que no tendría más de 18 o 19 años, y volví a acordarme de este día.
Y no solo me acordé de ello, sino que también empecé a reflexionar sobre qué hubiese pasado en mi vida si hubiese dicho que SI, si hubiese aprovechado al vuelo esa oportunidad como se me había presentado.
Pues no se qué hubiese pasado, pero esto me hace pensar en la cantidad de veces que nos sentamos en la valla, para ver esas oportunidades pasar delante de nosotros. La valla es nuestro espacio seguro, donde nos sentamos, y nos sentimos cómodos y seguros, a ver como van pasando esas oportunidades y como las vemos desvanecerse delante de nosotros.
Yo, en ese momento de mi vida, con 21 años, preferí sentarme en la valla y perder esa oportunidad. Y sigo preguntándome qué hubiese pasado. Ahora es demasiado tarde, no puedo volver atrás, lo único que puedo hacer es buscar y crear nuevas oportunidades que me permitan avanzar de camino a este sueño de cantar en un grupo de música o dedicarme a algo relacionado con la música y el canto.
Quería compartir contigo esta reflexión y te invito a que reflexiones también en qué espacios en tu vida estás prefiriendo sentarte en la valla; en qué espacios de tu vida estás prefiriendo ver cómo se escapa ahora mismo esa oportunidad, en lugar de arriesgarte, saltar de la valla, y ponerte en marcha.
Dale una vuelta.
Y bueno, estoy como digo un poco dormida, pero aun así espero que te haya aportado valor esta reflexión, y nos vemos en otro Video-Viernes.
Sefora Bermúdez says
Hola Hana,
Esto me recuerda al «muro» con el que se encuentran los corredores.
No es un muro real, sino uno mental.
Me lo explicó mi marido que participó en un maratón.
Llega un punto en que quieres abandonar, sin más. No porque te falle el cuerpo, sino porque te falla la mente.
Si puedes superarlo puedes llegar a la meta.
Gracias por este videoviernes motorizado 🙂
Ten un buen dia.
Alexander says
Me encantan estos vídeos. Son espontáneos, sin guión, libres.
Cristina Hortal says
Creo que todos sabemos de la existencia de esa valla y que en el fondo de nuestra conciencia podemos oír una vocecilla que nos avisa cuando nos estamos aposentado demasiado en ella.
Pero como a veces (y hablo por mí) tenemos muy interiorizado el automático de sentarse en la valla «un ratito» más, a ver si mañana lo tenemos más claro, viene genial este recordatorio.
Muchas gracias Hana. Gracias por ese vídeo. Muchas gracias por «pegarnos la patada en el culo» con tanta dulzura, jejeje.
Abrazos
Loli says
Eres auténtica!!, Me ha encantado tu videopost, situaciones en las que debes elegir tomar una decisión, arriesgarte a lo desconocido o mantenerte «en un lugar seguro» …. siempre nos queda el «qué hubiera pasado si…»
Marcos Suriel says
Que mierda. Esa valla siempre nos jode. Nos hace la vida imposible. Y tontos nosotros que no agarramos esa valla y la apartamos por siempre de nuestras vidas.
Ali says
Otro vídeo genial, Hana.
Muy interesante tu reflexión acerca de las vallas, el primero paso es siempre reconocer que están ahí para después identificar cómo nos están limitando y qué podemos hacer para poder saltarla y seguir adelante con lo que realmente queremos.
Te voy a contar dónde está mi valla ahora mismo. Tengo dos novelas a medio escribir, en ambos casos empecé a dar forma a dos historias totalmente distintas, pero, una vez he arrancado con el proceso de escritura, siento que hay algo que me paraliza y que me impide continuar.
Aún no sabría decirte si es miedo a desprenderme de una parte de mí, si es temor a que nadie quiera leer mi historia o pavor a sentirme vulnerable por dejarme entrever demasiado. No lo sé.
Lo que sí sé es que siento la necesidad de terminar de contarlas y de mostrarlas al mundo como mi mayor regalo por todos los momentos y experiencias vividas. No sé si necesitaré quince días, un mes o dos años, pero… Sé que acabaré saltando la valla y no habrá nada que pueda pararme.
Feliz sábado, guapa.
Ali