Tengo que confesar que durante mucho tiempo me consideré alguien especial. Estoy segura de que esto no te sorprende nada, ¿a que no? 😉
Y tengo que confesar también que esto me viene desde que era una niña, porque recuerdo perfectamente que, durante aquella época, siempre me esforcé muchísimo por destacar e impresionar…quizá porque era la única hija-de-inmigrantes de mi clase y necesitaba demostrar que valía mucho más que cualquier prejuicio que pudiesen tener sobre mis raíces marroquíes. Así que trabajaba cada día al máximo para conseguir destacar…y lo hacía: sacando sobresaliente en todo, siendo la niña que más rápido corría de clase, siendo la coreógrafa de los bailes de fin de curso o la capitana de los equipos que se formaban en el recreo, entre otras cosas. Ahí estaba yo, intentando ser siempre la mejor. En todo.
Y resulta que mi ADN + estas experiencias que viví cuando era una niña, me hicieron transformarme en una adulta que seguía buscando lo mismo, de forma consciente e inconsciente: sentirse especial como forma de validar su autoestima; desde leer ensayos filosóficos en el instituto o irme al cine sola a ver películas checas en versión original, hasta pasarme los fines de semana saltando de aviones en marcha o paredones de 500 metros.
Curiosamente, esta última etapa en la que hacía cosas «tan especiales» coincidió con la época en mi vida en la que peor me he sentido.
Y digo que es curioso pero la verdad es que no me extraña nada.
¿Por qué te cuento todo esto?
Porque ahora, después de todo mi recorrido vital, veo que sigo intentando buscar el lado menos convencional de las cosas pero ahora he entendido que es algo que forma parte de mi, es decir, es algo que me define…y lo he aceptado como tal. Y por ello, ya no necesito hacer nada «fuera de lo normal» para sentir que vivo en coherencia con quien soy.
Pero sobre todo, he dejado de creerme alguien especial; porque también he entendido que cada uno nacemos con un sistema de valores diferente que, en esencia, nos hace diferentes: yo me siento cómoda en el riesgo y en el cambio, pero tú puedes sentirte naturalmente cómodo en la estabilidad o en la rutina; ¿y quién coño soy yo para juzgarte y pensar que mi forma de vida es mejor que la tuya?
Porque que, además, creerse especial es completamente agotador y supone la mejor forma de vivir una vida llena de frustración → Siempre habrá alguien más «especial» que tú. Siempre te quedarás con la sensación de que podrías haberlo hecho mejor, más rápido, más eficiente.
Así que si realmente necesitas estar haciendo algo extravagante o poco convencional para sentirte especial, háztelo mirar.
Si constantemente estás buscando el ejemplo de otros para medir tu propia valía, háztelo mirar.
O mejor aún: Para. Sonríe. Respira. No tienes nada que demostrar. A nadie 🙂
Siempre te animo a que te atrevas a ser tu mismo y a que te esfuerces por conectar y expresarte en TODA tu autenticidad, pero quizá eso signifique que tus momentos de mayor plenitud los encuentres cocinando un buen guiso, o jugando al parchís, o saliendo a correr…o tomándote unas cervezas en una terraza con tus amigos.
Y eso si que es verdaderamente especial y admirable: encontrar alegría, felicidad y plenitud en los momentos más sencillos.
Como te contaba el verano pasado en mi página de Facebook 🙂
Ana Bizarro says
¿Hay una diferencia entre ser especial y ser el mejor?
Para mi todos somos especiales (y distintos los unos de los otros), todos nos sentimos más a gusto en ciertos ambientes (según nuestro ADN y nuestras vivencias) pero muy distinto es los que quieren ser los mejores.
Tú eres especial y espero que lo sigas siendo sino el mundo sería muy aburrido para muchos.
Necesitamos personas especiales pero con la autoestima saneada para no querer «aplastar al prójimo»
De hecho, diferenciarse es un punto muy interesante en los negocios y en la seducción.
Feliz día de la madre, hoy, mañana y pasado.
Hana says
Oooohhhh!! Que mensaje más bonito me has dejado Ana!!! ♥♥ Me ha gustado también muchísimo tu puntualización: «Necesitamos personas especiales pero con la autoestima saneada para no querer “aplastar al prójimo”, has dado en el clavo!
Tienes la bonita capacidad de darle siempre una vuelta fresca e inteligente a mis palabras :)) ¡Te lo agradezco un montón!! Feliz día de la madre para ti también, guapa!
Hana says
Ah! Con respecto a lo de diferenciarse en los negocios, estoy de acuerdo contigo en que es algo FUNDAMENTAL…pero se corre el riesgo de estar demasiado pendientes de lo que hacen los demás y de olvidarnos de conectar con nuestra esencia…mua!!!
Ana Bizarro says
#yoalomío es un mensaje que intercambio a menudo con mi mentor favorito.
Está bien conocer lo que hacen los demás para comprobar que no te copian Jajaja
¡Tú estás conectadísima a tu esencia! Tranquiiiiii no tendrás problemas para desmarcarte.
C´est mon avis, mon amie.
Besos del norte.
Merche says
Has dado con una de las claves de la felicidad…y nosotros contigo. Un abrazo infinito. Vamos contigo.
Hana says
Gracias Merche, gracias por pasarte por aquí y dejarme estas palabras…te mando un fuerte abrazo compañera!!
begoña says
Suena muy diferente creerse especial que creerse el mejor es cierto. Ana ha dado en el clavo. Yo cada dia que pasa desde hace un poco tiempo, me voy sintiendo especial por ayudar a otros. Sabiendo que no lo hago mejor que nadie y que mucha gente lo hará mejor que yo… pero si una persona a la que ayudo me dice «que bien me siento», «ha sido una gozada» etc… pues si, me siento especial y llena de energia. POr desgracia en mi caso, son los otros los que me recuerdan que soy especial, yo lo veo menos a menudo de lo que debiera.
Gracias Hana y Ana a las dos.
Y felices madres y los hijos de esas madres que tienen la suerte de tenerlas… Felicidades!!!!
Hana says
Hola Begoña!! 🙂 Bueno, por desgracia no…peor sería si no pudieses obtener esa información tan valiosa de tu entorno!! Es un primer paso muy importante, querida!! Y tienes razón en que no hay nada que le haga a uno sentirse más especial que poder mejorar la vida de alguien de alguna forma.
Un abrazo fuerte, fuerte!
Olalla says
Una vez más, me siento identificadísima. Me pasé toda la primera parte de mi vida tratando de demostrar, esforzándome por destacar. Y cuando fui consciente de ello y dejé de hacerlo… oh, qué relajación!! Menudo peso me quité de encima!!
Me ayudan mucho tus reflexiones, gracias!!
Ah, y yo también creo que eres especial de una forma positiva, vamos, que te sale de dentro, lo eres porque lo eres. Todos lo somos, en realidad, pero no todos nos conocemos tan bien ni estamos por dentro tan «limpitos» como para poder sacar todo lo mejor de eso que nos hace especiales, como haces tú.
Feliz finde!!
Hana says
Olalla!! Gracias como siempre por tus mensajes…yo también creo que todos somos especiales, sin excepción. Hay una frase que leí un día que me dejó en shock y demuestra esto que acabo de decir:
Cualquier persona que conozcas sabe algo que tu no sabes. (Everyone you will ever meet knows something you don’t)
Pero tienes mucha razón cuando hablas de estar «limpitos» por dentro para poder sacar siempre lo mejor de uno mismo. Esto no quiere decir que yo siempre lo haga, que se lo pregunten a mi marido, jeje pero siempre lo intento!
Un abrazo guapa!
Silvia says
Hola Hana!
Yo no creo que ser especial o sentirse especial tenga que ser agotador ni se mida por lo bueno que seas en algo o pretendas serlo, sino por una forma de ser, de sentir, y de transmitir a los demás tu esencia aportando valor a sus vidas o la sociedad en general…
Si esa mochila emocional y de experiencias que tenemos todos, marca tu carácter y tu vida, no es raro que sean muchas personas las que se sientan especiales (que no mejores) ya que las circunstancias en la que la vivimos y la interpretación que hacemos de ella, siempre va a ser particular, y esta «particularidad» en parte la podemos vivir desde ese sentimiento de «ser especial»
En mi caso, y al contrario de lo que contáis algunas aquí, nunca he destacado de pequeña en los estudios, en hacer más cosas que nadie ni he necesitado destacar, con lo que esa losa nunca la he tenido.
Mi padre por ejemplo es una de esas personas ESPECIALES que te encuentras en la vida, y aunque para mi mi madre ha sido la mejor madre del mundo y nos ha transmitido siempre buenos valores, cariño, sentido común, coherencia y una forma inteligente de vivir, voy a centrarme en el, porque es la mejor forma que tengo de expresar que es para mi SER ESPECIAL… Pese a sus ocurrencias disparatadas, su forma casi caótica de hacer las cosas, sus múltiples despistes, y su manera de vivir, y cualquiera de sus errores… ;))
El es AMOR. Este es el valor que nos ha inculcado a fuego desde pequeños, la importancia de ser buena persona, de querer a los demás, ayudar a todo el mundo, compartir, perdonar, y vivir con ilusión. Jamás me sentí presionada por tener que ser mejor que otros, y te contare que tanto mi madre como mi padre estudiaron una carrera, mi madre decidió, llegado un punto dejar de trabajar para criar a sus 4 hijos, y mi padre siguió su vocación y consiguió la cátedra dentro de su especialidad médica llegando así a ser uno de los mejores profesionalmente. En cambio yo lo que veo es uno de los mejores personalmente, y por eso el estatus y el acumular títulos nunca es lo que me ha motivado ni me ha marcado… Pero si esa forma especial de ser en la que el AMOR y los valores humanos, destacan por encima de todas las cosas…
Si el es catedrático yo lo veo como llegar a la culme de su VOCACIÓN y si el habla 5 idiomas, lo veo como una oportunidad maravillosa de COMUNICARSE con mucha gente no por acumular conocimientos, pues su sabiduría es un valor mayor para mi.
Coincido con que vivir en coherencia con quien eres es fundamental, te ahorra muchas luchas internas y te aporta paz interior…
A todos nos gusta tener a personas » especiales» en nuestra vida. Nos enriquecen y si las sentimos especiales es porque han conseguido transmitirnos ese valor.
Así que tu también formas parte de esas personas especiales que enriquece nuestras vidas y toca nuestro corazón o nuestra conciencia…
Un abrazo
;))
Silvia
Hana says
Hola Silvia…¿puedo enmarcar tu comentario? Me has dejado sin palabras y con muchos aprendizajes extraídos de tus líneas. Que afortunada y honrada me siento por poder leer semejante muestra de sabiduría vital en mi blog…solo puedo decirte GRACIAS 🙂
Pak Escudero says
Tú eres una mujer realmente especial, y además tocada por lo que es mejor, sencilla, admirable y llena de valores humanos. Por eso tienes la capacidad de poner el listón muy alto. Siempre he reconocido a las personas valerosas, sin miedo a nada y enfrentandose a grandes problemas. Eso es lo que me ha hecho reconocer siempre lo importante de la vida. La magia y la ilusión por conocer lo superior de las criaturas que con su respeto y ejemplo ayudan a caminar a otros seres menos afortunados. Es bonito que tu humildad no te permita sentirte especial, por eso, porque eres grande, pequeña. Un beso, campeona.
Hana says
Muchas gracias Pak! 🙂 En realidad, y después de leer los comentarios de este post, me doy cuenta de que si me siento especial…porque creo que todos somos especiales, porque todos estamos aquí para reflejar la energía que nos ha creado, desde la parte que más brilla de nosotros. El problema es que nos lo ponen muy difícil pero aquí estamos, para intentar que todos podamos conectar finalmente con esa grandeza innata que nos define.
Ains, creo que este comentario me ha quedado un poco «espiritual» 😛 Un abrazo fuerte!
Anabel says
Hola! La clave está en el comentario anterior en la esencia, en esencia ya somos todo y somos uno mismo, somo expectadores de una parte de la esencia y como dices Hana en lugar de buscar, aprobación, aplauso, nichos especiales, lo importante es disfrutar lo bello, el amor, la alegria y la Paz que ya estan en cada momento presente, en cada persona! Reconocerlo, aceptarlo y disfrutarlo! Gracias
Hana says
El AMOR, la alegría y la PAZ que ya están en cada momento presente…amén, compañera, amén. No puedo añadir nada a tu comentario sin estropearlo 🙂 ¡Gracias!
Pilar says
Hoy mentalmente he dado un aplauso al final de este post. Coincido contigo porque es un gran descubrimiento personal: abandonar la necesidad de cumplir las expectativas de otros y la creencia errónea de que me querrán por mis logros y empezar a creer en mí porque sí, por sencilla dignidad humana. Entonces las piezas se recolocan, recupero la calma y todo lo especial -por genuino- que hay en mí sale fuera, brilla y aporta a otros. Y lo maravilloso es que esa autoconfianza me permite confiar en los otros, dejar de competir y vivir con alegría. Es un gran tesoro. Ojalá tus palabras inspiren a muchos lectores.
Ona Daurada says
Me siento muy identificada con lo que dices, yo también me cansé de ser «especial». Lo comparto en facebook en Tengo un blog. Gracias.
Yvonne says
Olé, Hana! ¿Sabes que justo he estado pensando un montón sobre esto últimamente? Me ha hecho tanta gracia ver que le dedicabas este post! Creo que, para muchos de nosotros, esa reflexión que comentas (darse cuenta de que intentar ser «especial» es agotador y frustrante) forma parte del proceso de crecer y madurar y que lo importante es darse cuenta, tarde o temprano. Cuanto antes lo veamos, antes podremos empezar a ser felices.
Un beso muy gordo!
Christine says
Vaya! Eso se resume a dejar de vivir de manera compulsiva!
Es muy bonito y dulce de vivir. Un abrazo
Concha says
Gracias!