El miedo. Que cerca lo tenemos, siempre acechando detrás de las puertas, colándose sigilosamente en nuestras vidas…sin que nos percatemos de que está ahí. Creo firmemente que el miedo, cuando no sabemos gestionarlo, es nuestro enemigo número uno porque, de todas las emociones saboteadoras que aparecen en nuestras vidas, el miedo es la más potente y la que más estragos causa…y lo peor de todo es que lo hace por la puerta de atrás. El miedo es la fuerza más poderosa a la hora de analizar el por qué no hemos conseguido nuestros objetivos y sueños, ya sea en la esfera de las relaciones, en la profesional, en la familiar.
Y, además, puede adoptar diversas formas, y os pongo mi caso por ejemplo.
La de la foto soy yo. En otra época no muy lejana solía hacer trekking por las montañas, para luego saltar de ellas con un paracaídas. Éste es uno de los deportes más peligrosos que existen, y aún así, yo no tenía ningún problema en practicarlo. Os podéis imaginar el revoltijo en el estómago que tenía cuando estaba ahí arriba, justo antes del momento que veis en la foto, en el que se separan tus pies de la roca y ya no hay vuelta atrás.
Pero en ese momento éra totalmente capaz de mantener los nervios a raya, conectar con mi poder interior y toda la seguridad que tengo en mi misma para lanzarme al vacío. En otra ocasión, como algunas de vosotras sabéis, llegué incluso a enfrentarme a la muerte directamente durante horas con aplomo y serenidad y preparada para lo que el destino me tuviese guardado. Sin Miedo. Afortunadamente, fue la vida. Por 2.
Después de tamañas muestras de huevos y ovarios, cualquiera diría que otros retos más cotidianos en mi vida me parecerían minucias y me resultaría fácil afrontarlos con el mismo arrojo (y nunca mejor dicho, jeje) o más. Pues no, que más quisiera yo.
Y os contaré que el miedo al fracaso en el terreno profesional autónomo me ha tenido paralizada durante años, durante los cuales tuve la certeza de que lo tenía todo para triunfar y, sin embargo, no fuí capaz de ponerme en marcha y trabajar duro por un objetivo. Lo que sí estuve haciendo fue dar bandazos de un lado a otro sin una línea de trabajo clara, ni objetivos definidos; estuve posponiendo continuamente tareas importantes, distrayéndome con cualquier otra actividad…todo para no enfrentarme con mi realidad mas dura. Como os podéis imaginar, este camino, aunque lleno de aprendizaje, no me llevó a ningún lado y pasó lo peor que te puede pasar en una situación así (inevitable por otro lado): las personas de tu entorno empiezan a desconfiar de tu potencial y comienza un círculo vicioso del que es difícil salir.
Más tarde descubrí que no era miedo al fracaso. Lo que me aterrorizaba era precisamente lo contrario: tener éxito. Un miedo atroz -pero sutil- a realizar todos los cambios que me llevasen a ser todo lo grande que sabía que podía ser en el terreno profesional, a tener el impacto que sabía que podía tener, a conseguir la forma de vida tan significativa que sabía que podía vivir. Este miedo se hizo claro por la forma en la que, consciente e inconscientemente, evitaba aquello que me conectaba directamente con mis sueños más salvajes.
Pero todo eso es historia.
Por supuesto, estas reflexiones me llevan a este gran conjunto de pensamientos de Marianne Wilson:
«Nuestro miedo más profundo no es que seamos inadecuados.
Nuestro miedo más profundo es que somos poderosos sin límite.
Es nuestra luz, no la oscuridad lo que más nos asusta.
Nos preguntamos: ¿quién soy yo para ser brillante, precioso, talentoso y fabuloso?
En realidad, ¿quién eres tú para no serlo?
Eres hijo del universo.
El hecho de jugar a ser pequeño no le sirve al mundo.
No hay nada de iluminador en encogerte para que otras personas cerca de ti no se sientan inseguras.
Nacemos para hacer manifiesta la gloria del universo que está dentro de nosotros.
No solamente algunos de nosotros: Está dentro de todos y cada uno.
Y mientras dejamos lucir nuestra propia luz, inconscientemente damos permiso a otras personas para hacer lo mismo.
Y al liberarnos de nuestro miedo, nuestra presencia automáticamente libera a los demás»
Amén.
Laura says
Me ENCANTA esta reflexión y sobre todo por lo sincera que eres contigo misma y de llamar las cosas por su nombre, eso debería una norma "Sincerarse con uno mismo", quizá por eso tienes madera de coacher, tienes las cosas muy claras y las pautas para que las personas se tomen su tiempo y piensen qué caminos quieren escoger en esta vida, porque los caminos los elegimos nosotros, así se consigue la felicidad, ¿no? y tú eres muy muy FELIZ.
Hana says
Laura!! Gracias por tus palabras. Efectivamente, el camino que lleva a la felicidad pasa por darnos cuenta de que nosotros somos los responsables últimos de todo lo que nos pasa. Esto nos ayuda a tomar mejores decisiones.
Un besoteee!! 🙂
Antulio says
Pues, aunque yo sé, y soy la persona que mejor te conoce y he vivido muchas de tus experiencias. Cuando leo lo que escribes, creo que hay cosas que salen de tu interior, que profundizas de tal manera que pienso que aun tengo mucho que descubrir de ti.
Hana says
Jolín, Antulio, que bonito es esto que me has escrito <3
Amparo says
¡Wow!… Justo es exáctamente como me encuentro en estos momentos… ¿Miedo a ser mi mejor yo? ¿A desplegar todo mi potencial y a lo que vendría después?
¡Caray! Sí, me has girado la tortilla completamente y me has dado un buen tema en el que indagar de lleno y plantar cara.
Como siempre, gracias Hana 😉
Un abrazo!
Amparo.
Hana says
Gracias a ti Amparo! 🙂 A mi me ha costado masticar esta piedra, pero cuando descubres es que te aterroriza todo lo grande que puedes llegar a ser, te liberas de cierta forma de un peso bastante grande, y empiezas a verlo todo con más claridad. Te animo a que indagues y remuevas…cuanto menos, vas a salir super empoderada del proceso ¡Animo!
María Jesús Carrasco CP says
Pues llevo un tiempo con esta idea que se viene y se va, y mira el post que he encontrado sobre esto. Quizá otro descubrimiento que empezar a digerir tambiénpa para mí???
Diego CP says
El miedo (o vergüenza) nuestro enemigo numero uno, le has dado en el clavo; a mi me ha frenado mucho a lo largo de la vida…. yo cada vez lo domino más, pero aun me queda muuuucho miedo por superar.
Y añado como el enemigo numero dos: la PEREZA, otra gran saboteadora, que a pesar de poder pararla más o menos fácilmente, siempre esta ahí, esperando como carroñera un momento de debilidad para someternos.
Por cierto, ha salido en comando actualidad lo del salto base, te gustará verlo. Desde la tele parece fácil, pero me imagino yo ahí a punto de tirarme y literalmente me cagaría jajaja vaya valor que tienes!!!! creo q es un buen ejercicio contra el miedo.
La pintura aun en pañales, en fase preparatoria, diseñando la escena; te ire informando de los avances 😉
Hana says
Diego, ¿sabes que el miedo está muchísimas veces disfrazado de pereza, de procrastinación? Muchas veces no nos ponemos con las tareas que sabemos que tenemos que hacer por simple y puro miedo…aunque a veces sea difícil detectarlo
En cuanto al programa…yo he preferido no verlo. Ver a gente haciendo salto base, y sobre todo si son amigos, me hace querer volver a hacerlo y esa es una etapa que ya está cerrada en mi vida.
Un abrazo!
Diego CP says
Nunca lo había visto desde esa perspectiva, pero tienes razón, si al final va a resultar que es todo lo mismo.
Miguel says
GRACIAS
Stella says
Gracias de nuevo!!!
Miedo- Ego- Procastinación- Sinceridad- .- en fin …. El día a día es maravilloso, así paso a paso…